DOI :http://dx.doi.org/10.14718/RevArq.2014.16.2

ARTÍCULO. CULTURA Y ESPACIO URBANO

Los usos y la apropiación del espacio público para el fortalecimiento de la democracia

Uses and Space Appropriation of Public Space for the Democracy Build—Up

Pablo Páramo*
Andrea Milena Burbano**
Universidad Piloto de Colombia, Bogotá (Colombia) Maestría en Gestión Urbana

* PhD en Psicología, Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (EE.UU.).Profesor Titular, programa de Doctorado Interinstitucional en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional. Profesor catedrático, Universidad Piloto de Colombia, Bogotá (Colombia). Intereses académicos centrados en pedagogía urbana y psicología ambiental, en particular, en espacio público, historia social de las ciudades, cultura ciudadana y sociolugares. pdeparamo@gmail.com

**Arquitecta, Universidad de La Salle, Bogotá (Colombia). Magíster en Gestión Urbana, Universidad Piloto de Colombia, Bogotá (Colombia). Doctora (candidata) en Estudios Territoriales, Universidad de Caldas, Manizales (Colombia). Profesora e investigadora de la Maestría en Gestión Urbana, Universidad Piloto de Colombia y de la Maestría en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá (Colombia). Campo de investigación centrado en los estudios territoriales asociados con el género y la espacialidad, la movilidad, el espacio público y la calidad de vida urbana.arqburbano@gmail.com

Referencia: Páramo, P., y Burbano, A. M. (2014). Los usos y la apropiación del espacio público para el fortalecimiento de la democracia. Revista de Arquitectura, 16, 6—15. doi: 10.14718/RevArq.2014.16.2

Recibido: noviembre 26/2013 Evaluado: mayo 23/2014 Aceptado: julio 9/2014


RESUMEN

En este artículo se presenta un estudio que indagósobre el papel que han jugado algunos proyectos destacados de espacio público de Bogotá en el fortalecimiento de la democracia, por considerarse elementos de integración social y facilitadores de la apropiación que hace de estos espacios el ciudadano común. La exploración se realiza en cuatro proyectos de espacio público de la ciudad: el parque lineal El Virrey, el parque Tercer Milenio, Transmilenio y La Felicidad: ciudad parque, considerados íconos de administraciones distritales recientes. El estudio se llevóa cabo mediante una estrategia de etnografía rápida, la cual se valióde registros observacionales, entrevistas a informantes clave y la aplicación de un cuestionario, técnicas que permitieron documentar la experiencia de los usuarios de estos espacios públicos. Los resultados muestran que los proyectos estudiandos han contribuido a la cohesión social y que existen diversos tipos de mecanismos de apropiación de estos lugares por parte de los ciudadanos. Se discuten las implicaciones para la democratización de la sociedad mediante la creación y el mantenimiento de los espacios públicos de la ciudad.

Palabras clave: imaginarios urbanos, representaciones sociales, democratización, etnografía rápida, interacción social, utilización del espacio.


ABSTRACT

This paper is about a study that inquired into the role that some prominent projects of public space in Bogota have played in the strengthening of democracy for being elements of social integration and facilitators of space appropriation by the common citizen. The exploration is on the following four public space projects in the city: the lineal park El Virrey; Tercer Milenio Park; Transmilenio; and La Felicidad: Park City; all considered icons of the recent city administrations. The study was done through the fast ethnography strategy, using observation records, key informant interviews, and a questionnaire; such techniques helped to document the experience of users in these public spaces. The results show that the projects under study have contributed to social cohesion and that there are different types of appropriation mechanisms of these places by the citizens. A discussion on the implications of society democratization through the creation and maintanance of public spaces in the city is given.

Key words: Urban imaginaries, social representations, democratization, fast ethnography, social interaction, space use.


INTRODUCCIÓN

El presente artículo es resultado del proyecto de investigación desarrollado en la Maestría en Gestión Urbana de la Universidad Piloto de Colombia, titulado: "Transformación de los espacios públicos y construcción de la democracia en las ciudades suramericanas", con el apoyo del Programa Suramericano de Apoyo a las Actividades de Cooperación en Ciencia y Tecnología (Prosul).

Aunque los espacios públicos suelen diseñarse para cumplir cierto tipo de funciones, son las personas las que a través del uso rutinario van dándole su verdadera función y construyendo su significado (Páramo, 2007). Es de interés, desde esta perspectiva, dirigir la atención hacia el valor de los usos y significados del espacio público, para mostrar su relatividad y la importancia que tiene que las personas usen dichos espacios y se apropien de ellos.

El acercamiento al estudio del espacio público, bajo el argumento de que es más importante detenerse en el uso que las personas le dan, se puede llevar a cabo mediante la mirada de su dimensión social, por cuanto esta contribuye a proporcionar un carácter de paisaje urbano a la ciudad desde la apropiación que las personas hacen de este. Desde esta perspectiva, hacer una aproximación al estudio de las prácticas sociales que se sitúan en el espacio público permitirá ver el papel que cumplen los elementos espaciales que facilitan las relaciones transactivas con los distintos elementos arquitectónicos y con otras personas que allí se encuentran, a fin de sentirse parte de una comunidad urbana al entrar en contacto con otros y asociarse para buscar el reconocimiento, hacer sentir la protesta, disfrutar del paisaje y de las distintas expresiones culturales que se suelen situar en estos espacios.

Desde otros acercamientos ya se ha hecho notar la importancia que reviste tener en cuenta el espacio público para evaluar la calidad de vida que tienen los habitantes de las ciudades y su papel en la convivencia ciudadana (Páramo y Burbano, 2010; 2013). De no tenerse en cuenta esta relevancia, se niega la posibilidad de reconocer que este puede ser apropiado por las personas, por tanto, se desconoce que puede ser usado para la comunicación, el encuentro, la lúdica y el aprendizaje para la convivencia (Páramo y García, 2010).

Es por estas razones que se justifica el estudio del espacio público desde su dimensión social, dado que permite evidenciar la forma mediante la cual las personas se apropian a partir de los usos y significados que le atribuyen a los distintos lugares públicos de la ciudad, y se toma como un indicador para observar qué tanto dicho uso aporta a la construcción de la democracia local, desde la apropiación que pueden hacer las personas de estos espacios.

En esta dirección, el uso social en la consolidación del carácter "público" de los espacios cobra valor. El uso social se define como aquel que no es a priori, y sí, proporcionado y reiterado por las personas (Monnet, 2009). No es suficiente que sea definido discursiva y jurídicamente para que funcione como público. Más que la función para la cual han sido creados los espacios públicos, lo que interesa es ver la funcionalidad dada por las personas. Escaleras que sirven para el ingreso a una biblioteca o a un museo terminan por convertirse en espacios donde las personas se encuentran para almorzar o se sientan para ver a la gente pasar, por lo cual se convierten en espacio público. Con el tiempo, estas dinámicas en los espacios han servido de anclaje para cierto tipo de actividades o prácticas de los habitantes en la ciudad, llevando incluso a darles nombre, como ha ocurrido con el parque de Los Novios, la calle de La Fatiga, o la calle de Los Anticuarios en Bogotá. Son los usos los que hacen relativo el espacio público y le aportan esa cualidad; por ello, es importante reconocer su valor, para poder definir a partir de esto que un espacio es realmente público.

El verdadero valor para que el espacio sea público está en que debe ser "practicado" para que sea transformado por sus experiencias (Monnet, 2009). Los espacios públicos son practicados (Licona, 2007) y usados para varios fines: para la movilización o la conectividad de un lugar a otro, la socialización, la lúdica, el entretenimiento, el aprovechamiento comercial, las expresiones culturales y la protesta ciudadana. Mediante este último fin, el de la protesta ciudadana, se ha logrado derrocar regímenes a lo largo de la historia política de los países y buscar la reivindicación de derechos de distintas ideologías y de múltiples sectores de la población (Santiesteban, 2010). La toma de calles y plazas ha sido trascendental para exigir que se cumplan los derechos de las mujeres, los trabajadores, los estudiantes y las minorías. Del mismo modo, mediante manifestaciones como marchas y conciertos se ha logrado llamar la atención sobre la reclamación de derechos humanos y civiles. Los grafitis, por ejemplo, han servido para denunciar la corrupción, los abusos del Gobierno o para manifestar emociones o expresiones artísticas cuando los medios privados no lo facilitan para todos.

De este modo, se hace evidente que los significados que las personas le atribuyen a los elementos que se encuentran en el espacio son los que le confieren una impronta a los usos y las prácticas que se han desarrollado en el espacio público en el pasado, lo cual constituye un importante soporte físico y cultural para promover una cultura de lo público.

El significado de los lugares públicos

Los lugares púbicos crecen, florecen y declinan en la medida en que el espacio, la actividad o los edificios toman o pierden significado. El espacio público, cuando es usado para comunicar, transmite símbolos que, a la vez, son compartidos y contribuyen a diferenciar los usos que se hacen del lugar para crear arraigo con el mismo; en este sentido es que se contribuye a la apropiación del espacio público. Cuando los lugares públicos no propician el encuentro de las personas y no logran adquirir significado, en muchos casos se tornan cambiantes y efímeros, se vuelven independientes del tiempo y, muchas veces, rutinarios (Burbano, 2013). Los espacios públicos, desde esta perspectiva, facilitan la experiencia de la vida en público al asumirse como lugares simbólicos de intercambio de significados (Vidal y Pol, 2005).

La historia de los usos o las prácticas sociales en los lugares públicos

De otra parte, revelar la historia de los usos o las prácticas sociales en los lugares públicos puede contribuir a la comprensión sobre el lugar y el tipo de prácticas que se sitúan en cada uno de ellos. Al intentar buscar la recuperación de los significados de los lugares públicos resulta indispensable rastrear no solo su evolución espacial, sino las prácticas asociadas a los distintos momentos históricos, sus rutinas y acontecimientos extraordinarios, al igual que sus protagonistas, elementos de los cuales es posible valerse para buscar una mayor identidad con los lugares y garantizar la apropiación que puedan hacer en el presente sus actuales usuarios. Es así como se lucharía contra la pérdida del significado de los espacios, al ligar el pasado al presente, al hacer visible su historia y crear las posibilidades para un mayor aprendizaje de la ciudad y apropiación del lugar (Páramo y Cuervo, 2006; 2009).

Los usos, las prácticas y los significados situados en el espacio público

Con el tiempo, las prácticas vienen a darle identidad a los lugares, como sucede con la actividad comercial de la plazoleta El Rosario en Bogotá y el uso que le dan como lugar de encuentro las personas de mayor edad. Esto demuestra que los usos y las prácticas no ocurren en el vacío, por lo que resulta importante explorar la influencia que ejerce la configuración espacial del lugar como facilitador de las prácticas y los usos que dan origen a un diseño espacial, más aún, en el contexto de espacios públicos que han sido pensados para que sean accesibles para todos; lugares de encuentro e interacción social donde todas las personas, sin importar su condición social, puedan encontrarse y donde el ciudadano se sienta igual a los demás en la medida en que existan en la ciudad espacios públicos como elementos democráticos. Por estas razones, resulta importante indagar en proyectos de espacio público que han sido íconos de las recientes administraciones de la ciudad por su papel en el fortalecimiento de la democracia al considerarse elementos de integración social, y pensados para facilitar su apropiación por parte del ciudadano del común.

Al explorar las que se sostienen en los escenarios públicos urbanos, como la sociabilidad, la protesta ciudadana, la lúdica y el entretenimiento, las expresiones asociadas al género, el comercio y demás expresiones culturales, se espera generar una reflexión sobre el impacto de dichas prácticas y, en general, de los usos en la concepción de la democracia en una ciudad como Bogotá, a fin de brindar elementos de tipo conceptual y metodológico que contribuyan a la mayor visibilidad de las dimensiones sociales para el diseño y gestión del espacio público de los centros urbanos.

Espacio público y democracia

La importancia del espacio público para la democracia se sustenta en el argumento de que, cuando deja de proyectarse como elemento o equipamiento, se pierden escenarios para la expresión democrática en la ciudad. Desde este punto es posible observar, a partir de una mirada histórica de la ciudad, que el espacio público ha sido el medio de comunicación por excelencia para expresar pensamientos e ideas de la sociedad de diversas maneras (Kohn, 2004).

Sumado a lo anterior, el estudio del espacio público y la democracia se debe al interés de explorar no solo su dimensión espacial, sino de examinarlo como escenario democrático de expresión cultural que da vida a las ciudades y soporta la vida en público. Se considera como un escenario para la expresión de las distintas clases de manifestaciones colectivas que buscan el reconocimiento, o para la protesta ciudadana en la medida en que actúa como oferente de la expresión social y simbólica de distintos individuos y grupos sociales. Cumple además un papel importante como elemento vital para la evocación de la memoria histórica colectiva de las ciudades, las conmemoraciones y las manifestaciones que hacen parte de la identidad política, social y cultural de los pueblos, todo esto como expresiones culturales propias de una democracia.

En el contexto latinoamericano, el espacio público se ha considerado un prerrequisito para la expresión, representación, preservación y mejoramiento de la democracia (Low y Smith, 2006). En momentos de crisis ha sido común que la población se movilice en el espacio público en respuesta a distintas situaciones problemáticas que vive una sociedad: las políticas económicas de un gobierno, la corrupción, las mejoras en la educación o la búsqueda de la paz; el espacio público se ha vuelto, así, contestatario.

En general, la toma del espacio público, sus plazas y calles mediante marchas, manifestaciones, cacerolazos, tomas permanentes y barricadas es crucial dentro de la estrategia política (Irazábal, 2008). Estas manifestaciones han contribuido a cambiar políticas y hasta presidentes. Sin desconocer que, como anotan Miraftab y Wills (2005), los medios juegan un papel crítico en la construcción de las identidades ciudadanas cuando legitiman o deslegitiman las prácticas en el espacio público al presentarlas como correctas o criminalizarlas, en casos particulares, anotan estos autores, la presentación de la noticia manipulada sobre demostraciones públicas como marchas, huelgas, protestas, paros, contribuye a construir la representación que se tiene de la participación ciudadana en el espacio público (Archila, 2003; Archila y Pardo, 2001). Además,cuando los gobiernos clausuran la prensa o la limitan, la única alternativa que queda es la calle.

Se ve entonces de qué manera el espacio público ha contribuido a los procesos democráticos al servir de escenario para la protesta pero además para igualar a las personas.

MÉTODO

Participantes: participaron un total de 145 personas de ambos sexos, habitantes de la ciudad de Bogotá, D.C., 16 de las cuales actuaron como informantes clave y 129 respondieron un cuestionario (figura 1). Todos los participantes fueron entrevistados o encuestados en cuatro sitios que se definieron como íconos de la política de espacio público de las administraciones de Bogotá, iniciando en la década de los noventa, y que a la vez representaron el interés de fortalecer procesos democráticos en la ciudad. Con el fin de explorar las formas de apropiación social de los espacios públicos que muestran los habitantes de la ciudad, los lugares debían ser representativos de la política pública urbana de finales del siglo XX, y estar orientados a la desmarginalización, revitalización, articulación, competitividad y manejo de ecosistemas urbanos. Los lugares seleccionados fueron: La Felicidad: ciudad parque, Transmilenio, parque lineal El Virrey y el parque Tercer Milenio. La información fue recogida durante el segundo semestre del año 2012 y comienzos de 2013.

Figura 1

Figura 1: Cuestionario

Instrumento: para efectos de recoger la información relacionada con las prácticas sociales y los usos de los lugares públicos se diseñóel "Manual del Observador", instrumento en forma de cuadernillo que contenía los lineamientos para realizar un registro observacional soportado en un croquis del lugar por observar, que deberían pintar los observadores; el tipo de fotografías que debían tomar sobre los lugares; un cuestionario que indagaba sobre la percepción que se tenía de las distintas condiciones de los lugares bajo estudio, compuesto por 27 ítems que los participantes debían marcar dentro de una escala de 1 a 5 dependiendo de su valoración del estado de distintas condiciones de los lugares (iluminación, mobiliario, seguridad, ventas, etc.), siendo 1 "muy malo" y 5, "muy bueno"; el ítem 28 interrogaba al participante por el estado general del lugar. Al final del instrumento se incluyeron preguntas sobre las características sociodemográficas de los participantes del estudio, como el grupo de edad al que pertenecían, el género, la ciudad y el barrio en que vivían. Este instrumento se aplicóde manera asistida por estudiantes universitarios a una muestra por conveniencia en cada lugar. En todos los casos, la participación fue anónima y voluntaria (figura 1). Para el análisis de la consistencia interna del instrumento instrumento se utilizóla prueba alfa de Cronbach, la cual arrojóun valor de 0,89, lo que indica que el instrumento posee un adecuado nivel de confiabilidad. Dentro del "Manual del Observador" se incluía, además, una guía de entrevista a informantes clave, visitantes asiduos de los lugares a quienes se les entrevistóalrededor de las experiencias en los lugares y sus significados (figura 2).

Figura 2

Figura 2: Guía para entrevista a informantes

Procedimiento: la información fue recogida en el periodo comprendido entre los meses del segundo semestre de 2012 y abril de 2013, por parte de estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Piloto de Colombia. Previamente a la recolección de datos, los observadores fueron capacitados en la recolección de datos, en los propósitos del estudio y en la utilización de las técnicas de recolección de información: registros anecdóticos observacionales, toma de fotografías, entrevistas y aplicación de encuestas. La información cualitativa proveniente del registro observacional, las imágenes tomadas y las entrevistas fueron procesadas mediante el programa Atlas.ti 6.2, y la cuantitativa, resultante de la aplicación de la encuesta, mediante el programa SPSS 21.

RESULTADOS

Registro observacional

El trabajo de investigación iniciócon el levantamiento de un registro anecdótico apoyado en la toma de fotografías como parte de la observación no participante que realizaron los asistentes de investigación en cada uno de los lugares objeto de estudio. La observación se llevóa cabo en distintas jornadas del día, entre semana y durante los fines de semana.

En el caso de Transmilenio, durante el día se observa la actividad de las personas que se movilizan hacia diferentes lugares; muchas de ellas hacen uso de sus celulares dentro y al salir del sistema, además, la mayoría de los jóvenes transitan escuchando música con los auriculares. Otras personas se detienen a dialogar mientras hacen la fila para comprar su pasaje o mientras esperan el articulado sentados en alguna de las bancas o en la fila; otros realizan su labor, como en el caso de policías y trabajadores del sistema. En la noche, se observa mayor movilización de peatones que salen de sus trabajos o se dirigen hacia sus hogares, por lo que la congestión en el sistema y sus alrededores es evidente. La tensión se centra en las filas tanto de compra de pasajes como de espera de los articulados, en donde algunas personas discuten por la desorganización e incomodidad al esperar y abordar los buses (figura 3).

Figura 3: Red generada por el ATLAS.ti para analizar las imágenes tomadas en Transmilenio

En el conjunto residencial La Felicidad se observan durante el día, especialmente en horas de la mañana, entre semana, personas que salen a hacer deporte o a caminar con sus mascotas por el sector, trabajadores de obras de construcción y vendedores ambulantes. Algunos de los trabajadores aprovechan su tiempo de descanso para jugar fútbol cerca de su lugar de trabajo. Los fines de semana es común encontrar personas que salen en la mañana no solo a practicar deporte, sino también a sacar a sus mascotas para que hagan sus necesidades y aprovechar para jugar un rato con ellas. En horas de la noche, se observan personas que llegan de sus trabajos y jóvenes entre los 15 y los 20 años que juegan en el parque del conjunto, se sientan a dialogar en alguna de las bancas o se fuman un cigarrillo (figura 4)

Figura 4: Red generada por el ATLAS.ti para analizar las imágenes tomadas en La Felicidad

En el parque lineal El Virrey se observa en la mañana la asistencia de personas que salen a practicar deporte o a caminar con sus mascotas, personas de la tercera edad acompañadas de sus cuidadores y personas que se dirigen a sus lugares de trabajo. En el parque se encuentran, distribuidos en varios puntos, algunos vendedores ambulantes de diferentes productos comestibles que compran las personas que transitan o las que practican deporte y buscan algo para hidratarse. También es notoria la presencia de trabajadores de obras, pues en los alrededores se encuentran varios edificios en construcción; algunos de ellos trabajan en la obra,mientras otros descansan un poco acostados en el pasto o jugando fútbol.

Durante los fines de semana asisten más personas que salen a caminar, a jugar o simplemente a descansar recostadas en el pasto o sentadas dialogando en grupos de amigos. Allí también están los puestos de venta de flores a los que acuden varios de los transeúntes para observar o comprar. Cerca de allí hay un CAI, al que acuden en ocasiones para pedir orientaciones sobre el sitio (figura 5).

Figura 5: Red generada por el ATLAS.ti para analizar las imágenes tomadas en el parque lineal El Virrey

Finalmente, en el sector del parque Tercer Milenio se observan pocas personas que salen a caminar o a hacer deporte, pues generalmente están en el lugar habitantes de la calle que en ocasiones se acercan a pedir limosna o simplemente se encuentran presentes en el sector. Se observan en gran medida personas que asisten al centro de Medicina Legal vestidos de manera formal, así como vendedores ambulantes. Los fines de semana es notoria la presencia de mayor cantidad de personas, pues en el lugar se desarrolla un "mercado de las pulgas", al que asisten tanto vendedores como compradores de diferentes objetos, así como observadores y ciclistas que se dirigen o vienen de la ciclovía que se lleva a cabo en la carrera séptima (figura 6).

Figura 6: Red generada por el ATLAS.ti para analizar las imágenes tomadas en el parque Tercer Milenio

Entrevistas a informantes clave

El trabajo de investigación identificóalgunas personas que por su permanencia en el parque se constituyeron en informantes clave para suministrar datos acerca de las principales prácticas sociales que la gente lleva a cabo en los distintos lugares objeto de estudio.

Parque Tercer Milenio

Dentro de estos informantes se incluyópersonal de vigilancia, vendedores ambulantes, personas que trabajan cerca o que circulan frecuentemente por el lugar estudiado. Se indagópor la historia del sitio, lo que estas personas valoran como importante y lo que identifican como aspectos negativos. Sobre el parque Tercer Milenio, los entrevistados mencionaron la historia de este sector que se llamaba El Cartucho, en el que se presentaba la venta y el consumo de drogas y la indigencia, diferentes actos criminales como la venta de artículos robados, e incluso asesinatos que caracterizaron el lugar durante mucho tiempo; asimismo, mencionan las transformaciones que se han venido dando desde que el parque fue objeto de intervención arquitectónica. Según la persona entrevistada, el parque es visitado por vendedores, policías, personas que llegan a reclamar cadáveres al Instituto de Medicina Legal; personas que solo llegan a sentarse, a observar a otros, a pasear y a comprar en los lugares comerciales de la vecindad. También se observan indigentes y drogadictos. Según el informante, la historia del lugar impide que mucha gente visite el parque, pues se conserva todavía la imagen de lugar peligroso. De acuerdo con otro de los entrevistados, el parque también es visitado por ancianos, empleados que van a almorzar y parejas del mismo sexo que muestran sus afectos. En la noche se encuentran distintas clases de personas, entre ellas, indigentes. Los domingos hay gran cantidad de vendedores ambulantes. Al preguntarles a los informantes clave por el tipo de cosas que le cambiarían al lugar, responden que debería haber mayor seguridad, más zonas verdes, y que se deberían poner baños públicos.

Transmilenio: estaciones Calle 45 y Héroes

Las entrevistas a usuarios del sistema Transmilenio se llevaron a cabo en dos estaciones y, por su ubicación en la ciudad, los entrevistados fueron principalmente estudiantes universitarios y trabajadores de oficina. Los entrevistados hacen uso del sistema para transportarse de un lugar a otro de la capital, reconocen que es un servicio relativamente nuevo en la historia de la ciudad, y difieren en cuanto a la opinión sobre su eficacia. Critican principalmente las congestiones en las "horas pico" y la inseguridad que refleja en los robos de teléfonos celulares y de billeteras, entre otros. La situación es compleja principalmente en la estación de la Calle 45, porque además de las grandes congestiones, no se observa presencia de policías. Por lo general, los entrevistados quisieran ser atendidos con mayor amabilidad por parte de los operarios del sistema y que hubiera mayor flujo de articulados en las horas de mayor congestión de personas en las estaciones. La estación de la Calle 45 ha sufrido las consecuencias de los desmanes de algunos vándalos en el marco de las protestas de la ciudadanía por la mala prestación del servicio.

Para otros, las estaciones son agradables, los buses son bonitos, y la protección y el cerramiento mediante vidrios le da un valor estético al sistema. Adicionalmente, se reconoce que el sistema iguala a los ciudadanos y que la gente lo usa porque es eficiente en términos del tiempo que le representa a un individuo trasladarse de un lugar a otro en la ciudad. Al indagar por aquello que le cambiarían al sistema, los entrevistados coinciden en la importancia de evitar congestiones, contar con mayor seguridad, arreglar las vías para hacer más ágil el recorrido, baños públicos, ampliar las estaciones y contar con mapas más didácticos para orientarse en la búsqueda de rutas. Algunos de los entrevistados señalaron la importancia de crear barreras y educar a las personas para que no traten de ingresar al sistema exponiendo su seguridad.

Proyecto La Felicidad

Los informantes clave del proyecto La Felicidad estuvieron conformados por residentes del conjunto habitacional, vecinos del sector y vendedores informales. El lugar es descrito como agradable, seguro, con grandes espacios públicos y verdes donde las personas suelen caminar o practicar deporte, sobre todo por los obreros que están construyendo este megaproyecto de vivienda. No hay ruido, por encontrarse distante de las grandes avenidas. Las personas sacan a sus perros a recrearse y a hacer sus necesidades fisiológicas, pero son educadas y recogen los excrementos de sus mascotas, como afirman algunos de los entrevistados. Es un lugar donde a las personas se les ve en familia, con sus hijos y sus perros.

Al preguntar por los aspectos que les gustaría modificar o cambiar para mejorar el lugar, se menciona la importancia de contar con mayor iluminación en las noches y mejores vías de acceso para el transporte público. Algunos de los entrevistados afirman que el acceso desde la Esperanza es reducido; además, las vías no están en su totalidad pavimentadas. También señalan que el transporte es muy retirado y tienen que caminar mucho, y los potreros por las noches son muy peligrosos pues hay poca iluminación. Por otro lado, dicen que es muy tranquilo, las vías quedan retiradas y el sonido de las calles no llegan hasta el conjunto habitacional.

Parque lineal El Virrey

Se contactaron como informantes clave de este parque ubicado al norte de la ciudad: un vigilante, un vendedor ambulante y un vecino del sector. Para ellos, desde la remodelación del parque a finales de los años noventa se ha dado una gran transformación en los usos que se hacen de este. Hoy en día, afirma alguno de ellos, el parque es un gran centro de atracción para mucha gente. Se practican deportes, hay mucha gente que viene a caminar, a sacar sus mascotas, a trotar, montar en bicicleta, a tomar el sol, a jugar, a meditar y a consumir alimentos. Los obreros de la construcción juegan fútbol y almuerzan sobre los prados. Las empleadas de las familias acomodadas sacan a los niños a jugar o a los ancianos a tomar el sol. El parque se hizo tristemente célebre, afirma el vecino, porque hace un par de años encontraron el cadáver de un muchacho quien al parecer fue asesinado. Asimismo, en el parque, afirma otro de los entrevistados, se hace una exhibición de la gastronomía bogotana una vez al año. Según el vendedor, es un lugar de entretenimiento y las personas pagan bien por los productos que se ofrecen. En la época de Navidad es muy iluminado y viene mucha gente en las noches. También en las noches hay bastante actividad, algunas veces se reúnen los motociclistas a exhibir sus máquinas y hacen mucho ruido. Cuando se preguntópor los aspectos que se deberían cambiar para contribuir a tener un lugar agradable, se mencionaron las quejas permanentes de los vecinos por utilizar el parque para ventas de comida, por el exceso de vendedores ambulantes y el deterioro de las aceras.

El cuestionario

Una vez sistematizada la información recogida mediante el cuestionario se procedióa realizar un análisis descriptivo. La tabla 1 muestra los promedios sobre las 27 condiciones que fueron sometidas a evaluación con su respectiva desviación estándar. Entre las condiciones más favorables del conjunto residencial La Felicidad, se observa: el mobiliario, la riqueza arquitectónica, la accesibilidad dentro del lugar, las ciclorrutas, la arborización y la calidad del aire; entre lo que menos resulta valorado están las ventas ambulantes y de drogas. Es de anotar que las personas hicieron esta valoración pero no se obtuvo evidencia directa al respecto. Para el parque Tercer Milenio se encuentran resultados similares en cuanto a la alta valoración que las personas encuestadas le asignan a las condiciones de arborización, calidad del aire, mobiliario, accesibilidad interior, que hacen una mayor contribución a la habitabilidad de este espacio público. Como elementos que fueron mal evaluados se encuentran las condiciones de limpieza, iluminación, la señalización, la seguridad, los grafitis y la actividad comercial. En el parque lineal El Virrey se valora como positivo la calidad del aire, la arborización, la ciclorruta, los caminos y el seguimiento de reglas que contribuyen a la convivencia entre los visitantes del parque. Como aspectos negativos se destacan: la falta de policía, de variedad arquitectónica, el comercio formal y la falta de monumentos. Para el Transmilenio no hay una valoración positiva en ninguno de los aspectos; se destacan como factores más críticos por parte de los encuestados la falta de baños, de elementos naturales, la seguridad y la carencia de elementos culturales, entre otros.

Tabla 1

Tabla 1: Media y desviación estándar de la valoración que hicieron los participantes de cada uno de los elementos del espacio público evaluados

La tabla 1 recoge las medias estadísticas y la desviación estándar de la calificación que hicieron los participantes de cada condición evaluada en los cuatro lugares objeto de observación.

CONCLUSIONES

El estudio adelantado para explorar las prácticas culturales en relación con la apropiación del espacio como manifestación de una política de democratización de la sociedad permite derivar algunas conclusiones que se resumen a continuación.

El espacio público hace una contribución importante a los procesos de democratización de la sociedad al crear espacios que facilitan los encuentros entre las personas, independientemente de su condición económica y sus roles sociales. En los lugares objeto de observación fue posible advertir personas de diferentes niveles socioeconómicos, grupos de edad y roles sociales: padres de familia con sus hijos, ancianos con sus cuidadores, obreros de construcción, ejecutivos, vendedores ambulantes, deportistas compartiendo los mismos escenarios.

De igual manera, las propiedades físicas del espacio público, con su zonas verdes y demás elementos naturales, la iluminación, ciclorrutas, bancas, canchas deportivas, etc., contribuyen a actuar como oferentes de una gran diversidad de prácticas sociales que incluyen el deporte y diversas actividades de recreación pasiva como: meditar, dormir, leer, etc., que satisfacen necesidades de distintas clases de personas. Al parecer, esta diversidad en los elementos arquitectónicos es una condición necesaria para atraer a distintas personas y, por esto mismo, una mayor imaginación en el diseño de los parques podría contribuir a que ciertos sectores de la población se sientan atraídos por visitar estos lugares, por ejemplo, con la creación de escenarios de juegos para niños y de esparcimiento para ancianos. Los parques públicos atienden en algunos casos las necesidades de niños muy pequeños y facilitan únicamente la actividad contemplativa de los ancianos. Pensar en las necesidades de socialización de estos grupos de edad contribuiría a una mayor apropiación y democratización del espacio por un mayor número de personas.

Entre las limitantes para una mayor apropiación de los espacios por parte de la población se lograron identificar, además de las mencionadas: la inseguridad percibida por la falta de policías o de iluminación; el desaseo; la incomodidad de los servicios — falta de baños, por ejemplo— ; la inaccesibilidad por falta de vías de transporte o de transporte público para llegar a los distintos lugares y las congestiones en el servicio de transporte masivo Transmilenio.

Sin lugar a dudas, el espacio público nos iguala, a la vez que nos permite aprender de la observación de otros, a partir de las diferencias sociales, de roles, de géneros, de formas de comportarse, etc. A diferencia del centro comercial, donde asisten personas de la misma condición social y en donde se siguen rutinas predecibles del comportamiento de los individuos, el espacio público permite una mayor diversidad social, mayor libertad en los usos del espacio, resignificarlo, a la vez que facilita los encuentros entre distintas clases de personas.

La política de creación de espacios públicos ha hecho, en este sentido, un importante aporte a los procesos democráticos de una sociedad que ha estado fragmentada. El diseño de espacios públicos estéticos, funcionales, higiénicos, accesibles y seguros hace de esta manera una contribución importante a la democratización de la sociedad.


REFERENCIAS

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