10.14718/RevArq.2025.27.4840


Problemáticas territoriales derivadas de procesos de ocupación en la periferia urbana Estudio de caso comparativo de las ciudades de Medellín, Colombia, y Cochabamba, Bolivia

Territorial Problems Derived from Occupation Processes in the Urban PeripheryComparative Case Study of the Cities of Medellin-Colombia and Cochabamba-Bolivia


Nino Gavina-Puerta

Universidad de San Buenaventura, Medellín (Colombia) Facultad de Artes Integradas Programa de Arquitectura
Arquitecto egresado de la Universidad Nacional de Colombia. (Colombia)
Doctorado en Periferias, Vitalidad y Sostenibilidad Urbana de la Universidad Politécnica de Madrid. (España)
Docente investigador de la Universidad de San Buenaventura, Medellín, con experiencia profesional en acompañamiento a procesos de mejoramiento integral de barrios, titulación colectiva de la tierra, así como en proyectos de mejoramiento de equipamiento educativo.
https://scholar.google.es/citations?user=9JYLpqMAAAAJ&hl=es
0000-0002-3413-1733
nino.gaviria@usbmed.edu.co

Wolker Velasco-Canzlas

Universidad del Valle, Cochabamba (Bolivia) Facultad de Arquitectura y Turismo Licenciatura en Arquitectura y Urbanismo
Arquitecto egresado de la Universidad Mayor de San Simón. (Cochabamba, Bolivia).
Doctorando en Arquitectura y Urbanismo Sostenible en la Universidad Centro Panamericano de Estudios Superiores. (Unicepes, México).
Docente investigador de la Universidad del Valle (Cochabamba, Bolivia), con experiencia profesional en proyectos arquitectónicos y urbanos.
https://scholar.google.es/citations?hl=es&pli=1&user=PGab0hYAAAAJ
0000-0002-3856-670X
wvelascoc@univalle.edu


Recibido: septiembre 19/2022
Evaluado: febrero 23 / 2023
Aceptado: agosto 15 / 2024


CÓMO CITAR: Gavina-Puerta, N., & Velasco-Canelas, W. (2025). Problemáticas territoriales derivadas de procesos de ocupación en la periferia urbana. Estudio de caso comparativo de las ciudades de Medellín Colombia, y Cochabamba, Bolívia. Revista de Arquitectura (Bogotá), 27(1), 85-105. https://doi.org/10.14718/RevArq.2025.27.4840


RESUMEN

El presente artículo es resultado de la investigación sobre problemáticas urbanístícas que se producen en sectores de expansión urbana que son consecuencia de procesos de ocupación, crecimiento y desarrollo espontáneo o al margen de herramientas de planificación y gestión; territorios que, en principio, son definidos como asentamientos informales. Se estudian las ciudades de Medellín y Cochabamba. En la investigación se presenta un acercamiento conceptual al fenómeno de los asentamientos informales, características y variables de análisis, para luego ponerlos a prueba en un trabajo de campo real izado en sectores periféricos de las ciudades investigadas; finalmente, después de proponer algunas discusiones acerca de los hallazgos encontrados y las teorías recogidas, se presentan consideraciones finales acerca del objeto de estudio, las metodologías empleadas, los posibles ajustes y posibilidades para investigaciones futuras.

Palabras clave: asentamiento humano; autogestión; interacción social; urbanización; zona urbana


ABSTRACT

An investigation which deals with urban problems that occur in sectors of urban expansion that are a consequence of processes of occupation, growth and spontaneous development or outside of planning tools and management; these types of territories, which, in principle, are defined as informal settlements, are studied in the cities of Medellín and Cochabamba. The research presents a conceptual approach to the phenomenon of informal settlements, characteristics, and analysis variables, to then put them to the test in a field work carried out in peripheral sectors of the investigated cities; Finally, after proposing some discussions about the findings found and the collected theories, final considerations about the object of study, the methodologies used, the possible adjustments and possibilities for future research are presented.

Keywords: human settlement; self-management; social interaction; urban zone; urbanization


INTRODUCCIÓN

El artículo se deriva de una investigación cuyo objetivo general es analizar procesos y estrategias de ocupación territorial en asentamientos informales en las periferias de las ciudades de Medellín, Colombia, y Cochabamba, Bolivia. Se busca mapear las diferentes concepciones teóricas, normativas y comunitarias acerca de la generación, consolidación y gestión de asentamientos informales; determinar las formas de apropiación y resignificación de los espacios ocupados y plantear matrices analíticas de los procesos de urbanización y sus problemáticas emergentes.

Las periferias en las ciudades analizadas presentan características comunes como la participación de agentes privados en el mercado local, oleadas migratorias que llegan continuamente, procesos comunitarios de adaptación a las condiciones naturales, así como en la gestión de problemas comunes; sin embargo, cada periferia cuenta con sus particularidades físicas y ambientales, sus rasgos simbólicos, sus formas de interacción social, así como sus dinámicas socioeconómicas y de inserción laboral. Son características que configuran escenarios en los que el sentido del habitar es atravesado por la búsqueda de estrategias para disminuir distancias materiales y simbólicas con respecto a otros sectores urbanos.

Al ubicarse en lugares alejados del centro de cada urbe van consolidando zonas de expansión urbana hacia el entorno rural, conformando lo que Ávila Sánchez (2001) denomina "coronas o espacios periféricos concéntricos", espacios intersticiales donde confluyen dinámicas económicas y sociales predominantes de los dos ámbitos, como parte de un fenómeno de mayor envergadura que el autor define como "periurbanización" (p. 109-110). Este proceso pone en evidencia mixturas de usos, en ocasiones conflictivas por los tratamientos dados al suelo y al entorno natural con procesos edificatorios que generan impactos en lugares que, en principio, no están preparados para ello.

La hipótesis de base es que los asentamientos sin planificación constituyen una realidad compartida por medianas y grandes urbes latinoamericanas que conllevan un fenómeno urbanístico de primer orden, configurando procesos en los que emergen problemáticas como el aislamiento, la escasez de equipamientos y servicios, precariedad de materiales, segregaciones socioeconómicas, afectaciones al entorno natural, alteraciones al paisaje urbano y cambios no planificados en los usos del suelo. Sin embargo, son procesos que también pueden verse como escenarios de innovación y oportunidades en virtud de su propia consolidación, lo que permite concebir nuevas lógicas de urbanización, de gestión, encauzamiento y planificación.

La estructura narrativa se compone de tres partes. En la primera, se exponen conceptos relacionados con el fenómeno de los asentamientos informales en la ciudad contemporánea, sus formas de acercamiento y teorización; en la segunda parte, de resultados, el escrito se centra en las ciudades objeto de la investigación, Cochabamba y Medellín, describiendo generalidades como su ubicación, datos demográficos, elementos que ayudan a la compresión de cada ciudad, para luego acercarse a sectores periféricos en cada localidad, indagando en aspectos como su historia, condiciones urbanísticas y la actualidad de cada lugar.

En la última parte, de discusión y conclusiones, se analizan los resultados de los trabajos de campo, verificando aspectos comunes que tienen los asentamientos informales, las formas en que se particularizan las problemáticas en cada lugar, qué agentes sociales parti­cipan y en qué intensidades, cómo se afectan los entornos donde se suceden, contrastando teorías exógenas con reflexiones extraídas del análisis de cada territorio.

Al ser entornos y procesos que tienen lógicas intrínsecas que es necesario comprender, lo que se pretende es incorporarlas a la planificación del territorio, contribuyendo así a la mejora de las interacciones con las comunidades sobre las que se pretende legislar. Se espera que las consideraciones presentadas sean de utilidad para quienes participan, tanto de los análisis como de la gestión territorial, adecuando las rutas metodológicas y las variables empleadas para futuras investigaciones.

Asentamiento informal, un acercamiento conceptual

Comprender un asentamiento informal implica su constructo teórico para determinar parámetros útiles en su caracterización; en principio, los asentamientos de este tipo han venido edificándose desde épocas de crecimiento urbanístico y demográfico de mediados del siglo XX, configurando procesos de consolidación paulatina, en terrenos carentes de las condiciones urbanísticas como pueden ser las infraestructuras de conexiones y equipamientos, propias de la ciudad consolidada. Lo que se evidencia es una secuencia en la que lo primero que se presenta es un asentamiento, que luego experimenta las mejoras urbanísticas y normativas que puedan implementarse con el paso del tiempo, lo que Pírez (2016) define como un proceso de "urbanización inversa" (p. 98).

Las extensiones de terreno van ocupándose con viviendas que se construyen de acuerdo con las condiciones de solvencia económica de la población, que en este tipo de asentamiento se caracteriza por su poca capacidad económica para construir (Pírez, 2016); con el paso del tiempo, van apareciendo nuevas construcciones que se van aglutinando y anexando al suelo urbanizado. Para el caso de ciudades latinoamericanas, este tipo de presión es más evidente en sus periferias sobre suelo rural, haciendo que tierras de cultivo, zonas de conservación ecológica, alrededores de cerros tutelares y fuentes hídricas se readapten como zonas urbanizadas incrementando las presiones inmobiliarias y de ocupación (Bazant, 2008, pp. 118-119).

El crecimiento periurbano (Ávila Sánchez, 2001) se va alejando cada vez más de su respectivo centro, estableciéndose con el paso del tiempo, experimentando cómo las transformaciones van encaminadas hacia lo que Arteaga (2005) llama "la ciudad consolidada" (p. 99); sin embargo, el tipo de ciudad que plantea Arteaga en ningún momento implica la desaparición de su antípoda, esa que va construyéndose a sí misma, lo que permite poner el énfasis en la dicotomía práctica y discursiva que enfrenta dos lógicas, por un lado, la planificación urbanística que promueve espacios bajo parámetros normativos y, por el otro, los territorios que "funcionan con otra lógica física y social que son consecuencia de la informalidad de las acciones sociales para la ocupación del espacio urbano" (Guerrero & De los Ríos, 2022, p. 197).

Un asentamiento informal es también asumido como un lugar donde los habitantes carecen del derecho de tenencia sobre la tierra o vivienda que habitan, presentándose modalidades como la ocupación ilegal o el alquiler informal, carencias de servicios básicos e infraestructuras, y las viviendas poseen irregularidades con relación a las normas de edificación y de planificación (Hábitat III, 2015, p. 151). Así mismo, se caracteriza por un desequilibrio entre espacios públicos y privados, en detrimento de los espacios privados, como la vivienda, lo que se define como un "efecto macroscópico" del origen ilegal de la periferia urbana (Cerasoli, 2009, p. 49).

Se delimita también como un lugar inestable, ya que predominan los cambios en los usos del suelo y el entorno edificado, absorbiendo las transformaciones más intensas de la ciudad consolidada como la creciente demanda de vivienda, lo que posibilita innovaciones en nuevos trazados urbanísticos acompañados de tipologías de vivienda en diferentes fases de construcción, materialidad, confort y funcionalidad (Arteaga, 2005, p. 103; Aguilera-Martínez et al., 2017, p. 82).

Son procesos a través de los cuales se van consolidando barrios que comparten situaciones de exclusión social (Aguilar & López Guerrero, 2015, p. 8), otra de sus características más relevantes de diferenciación socioespacial, lo que conlleva a un entorno en el que procesos de exclusión laboral provocan impactos en otros ámbitos de la vida en comunidad como la convivencia, el sustento material o la autosegregación social, agravando la condición de preca­riedad existente en los grupos que comparten hábitat.

La pobreza que caracteriza un asentamiento informal es asumida en dos derivas simultáneamente, es decir, como causa y consecuencia. Siguiendo los planteamientos de Olivera (2018), los habitantes de estos asentamientos provienen de una condición que "comienza como un asunto primordialmente socio-económico", pero, a su vez, considera su existencia como un "tránsito político-administrativo durante el que está en entredicho la legitimidad de su presencia" (p. 106), configurando un tipo de estigmatización que puede llegar a ser excluyente, hasta que se presentan procedimientos de legalización barrial y su anexo a la ciudad formal.

Emerge entonces el calificativo más recurrente que es su negatividad, trayendo consigo formas de estigmatización cargadas de atributos que "son focalizados, resistidos, reproducidos, renegados, incorporados y corporizados por los menoscabados" (Rasse et al., 2020, p. 227). Para sus habitantes, es de común conocimiento que este tipo de calificativos tiene sus raíces en aspectos como la inseguridad y la delincuencia en sus diversas manifestaciones, lo que aceptan a la vez que los incita a incorporar comportamientos para evitarlos, como cambios en los horarios, confinamiento residencial o adaptación de las estrategias de movilidad (Rasse et al., 2020, p. 230).

Las diversas formas de pobreza, inseguridad y delincuencia se refuerzan en aspectos como la insuficiencia de redes vecinales para conseguir oportunidades laborales y dificultades para sostener organizaciones comunitarias de base, así como la carencia de modelos exitosos de inserción socioeconómica que puedan ser replicados a escala intergeneracional. Son condiciones que dan lugar a lo que Kaztman (2001) denomina "subculturas marginales" (p. 181), conformadas y nutridas por patrones comportamentales alrededor del autorreconocimiento de las adversidades que comparten y constituyen barreras en la movilidad social, es decir, la posibilidad de saltar a otros estados de bienestar.

En estos territorios se despliegan lógicas de comportamiento autoorganizacional, estrategias comunitarias para hacer frente a las dificultades que les conciernen, poniendo en escena tácticas de inserción en la economía local a escala barrial, en algunas ocasiones al margen de lo formal, convirtiéndose en formas recurrentes para el sustento y bienestar (Hernández-García, 2016, p. 6). Con ello, la comunidad pone de manifiesto la necesidad de encontrar fundamentos comunes para construir o reconstituir autoestimas vulneradas por la experiencia de la exclusión social (Kaztman, 2001, p. 183).

Es así como, allí también surgen y se forman habitantes que con su accionar impulsan procesos comunitarios, como los presidentes de las juntas de acción comunal, además de otros líderes/lideresas, definidos por Mejía Ayala y Duquino Rojas (2020) como "personas que encuentran en el lugar la motivación, las oportunidades de formación y las aptitudes para ser líderes", cuya misión es hacer frente, a la vez que estimular la movilización de la comunidad, ante problemas relacionados con "la educación, el medioambiente, los procesos productivos, las artes, las artesanías y la recreación, entre otros" (p. 261).

Las situaciones que marcan su cotidianidad hacen relucir otra característica como es la primacía de sus propias fuentes de conocimiento, cristalizando microsociedades que se procuran a sí mismas los medios de subsistencia, coincidiendo con Hernández-García (2016) en concebirlas también como microterritorios de oportunidades, cuyo dinamismo y crecimiento involucra personas que desean un lugar próspero en medio de la adversidad, lo que ameritaría apoyos para lograrlo (p. 10).

De esta manera, individuos y colectivos van gestionando su propio hábitat, transformándolo bajo la lógica de la urgencia frente a la emergencia, haciendo que a esos mismos lugares se les vaya imprimiendo su sello particular, configurando física y simbólicamente su territorialidad; en este tipo de procesos, los individuos participan de acciones colectivas que requieren su atención, conformando grupos que trabajan mancomunadamente, así las condiciones adversas sigan latentes (Aguilera-Martínez et al., 2017, p. 91).

Son territorios que se escenifican en estrategias como la de vecindario, donde el sentido del habitar se despliega en tres factores: el vínculo, la seguridad y la mudanza, lo que posibilita reconocer lazos afectivos y actitudes positivas construidas a escala vecinal, constatando la construcción de nexos comunitarios en actividades que propician su integración, la búsqueda de la seguridad atribuida a la pertenencia a un determinado lugar, en el rechazo a cambiar de residencia, así como en las interacciones que se dan en el espacio público, configurando experiencias de apoyo mutuo y protección (Medina Bejar et al., 2022).

METODOLOGÍA

El desarrollo se deriva de dos rutas metodológicas, cuantitativa y cualitativa, para lo cual se recolectan los datos necesarios para la caracterización de las ciudades identificando su forma urbana, funcionalidades y usos del suelo, empleando estudios estadísticos, bases cartográficas e informes demográficos; las fuentes más relevantes para este caso son los sitios oficiales en internet de las alcaldías, planes de ordenamiento territorial, planes de desarrollo local, planes parciales y megaproyectos, así como páginas de cartografías locales e internacionales.

A continuación, el análisis se asienta en algunos de los territorios periféricos, como Villa Israel, perteneciente al Distrito 9 de Cocha-bamba y Villatina, perteneciente a la Comuna 8 de Medellín. En estas periferias se describen sus formas de ocupación bajo parámetros que van desde sus historias de generación y consolidación hasta sus condiciones actuales, con base en aspectos como demografía, economía, cambios en los usos del suelo, infraestructuras de conexión, sistemas de espacio público y vivienda, además de las medioambientales como fuentes hídricas, topografía y áreas de protección y riesgo.

Las bases cartográficas sirven para delinear una primera imagen descriptiva que luego se contrasta con visitas presenciales, para verificar las condiciones en las que se encuentra cada lugar; allí mismo, se emplea la entrevista lideresas sociales o comerciantes, con el criterio de que sean personas con un recorrido reseñable en el desarrollo local. El guion de la entrevista involucra temas como sus historias de vida y de las comunidades con que se acompañan, emergiendo relatos cargados de afectaciones y luchas, que reflejan las historias de los lugares y los procesos que van dando forma a cada territorialidad.

El trabajo de campo se ha realizado también acompañado de estudiantes de las universidades como grupos del Taller de Diseño Urbano (Universidad del Valle) y de Práctica Social o Trabajo de Grado (Universidad de San Buenaventura); además, se emplea la encuesta, con dos modalidades; en la primera, se aplica aleatoriamente a los habitantes que van entrando y saliendo del barrio, afuera de sus casas o simplemente deambulando por el lugar; la segunda, denominada estratificada por segmentos, se hace a partir de la delimitación de las manzanas, preseleccionando viviendas con diferentes estados de construcción, en cuyo caso se hace un llamado a la puerta de sus ocupantes para solicitarla.

En las encuestas se verifican aspectos funcionales del entorno como los accesos al barrio, los espacios de las viviendas (indagando por la existencia de los requerimientos mínimos de habitabilidad y funcionalidad como agua, acueducto, alcantarillado, baño, cocina), fuentes de sustento, lugares de trabajo, niveles de formación formal e informal, todo ello acompañado de registros fotográficos y audiovisuales. Los insumos recogidos se socializan a través de reuniones virtuales, con el objetivo de hacer un análisis compartido y comparativo, lo que aporta a los estudiantes en sus procesos académicos, ya sea para el ejercicio proyectual del taller de diseño, en su investigación para trabajo de grado o en actividades comunitarias de práctica social.

Al ser una investigación en dos ciudades distantes geográficamente, es de resaltar el uso de herramientas virtuales para la construcción de una comparativa que trae consigo la validación de hipótesis comunes, a la vez que las particularidades de cada lugar; ello requiere implementar horarios de reuniones en las plataformas digitales, conocimiento cruzado de los estudiantes que participan, puesta en común de criterios para la recolección de información, acompañamiento bidireccional a los grupos que, de esta forma, se ven enriquecidos con los puntos de vista y las recomendaciones de profesores no habituales en sus procesos de formación, todo ello con la intención de contribuir en la consolidación de un entorno altamente colaborativo.

RESULTADOS

Cochabamba y Medellín, dos ciudades para contrastar

Las ciudades objeto de la investigación poseen características que las hacen relevantes para sus contextos regionales; en primera instancia, se muestran algunos datos comparativos del contexto general de las ciudades, como se aprecia en la Tabla 1, para luego relatar las particularidades de cada ciudad por separado sobre criterios comunes como su historia, forma urbana, demografía, división político-administrativa, importancia a escala local. Finalmente, se practica el acercamiento escalar a un sector periférico de cada ciudad.

Tabla 1. Datos generales de las ciudades de Cochabamba y Medellín

Fuente: elaboración propia, sobre datos de IA (2024).

La ciudad de Cochabamba, Bolivia

En el caso de Cochabamba, esta es la tercera ciudad más grande de Bolivia, con una población de 856.198 habitantes, capital del Departamento de Cochabamba que contiene una población total de 2.207.021 habitantes; se encuentra al pie de la cordillera del Tunari, asentada en un altiplano, destacando en ella dos cerros que son la colina de San Sebastián y el cerro de San Pedro, con una altura media de 2.574 m s. n. m., conforma la Región Metropolitana Kanata, compuesta por otros seis municipios, como se refleja en la Figura 1.

Figura 1. Región Metropolitana Kanata, conformada por siete municipios

Fuente: elaboración propia (2024), con base en Manzano (2015). CC BY

Fundada dos veces, la primera con el nombre de Villa Real de Oropesa, Virreinato del Perú, el 15 de agosto de 1571 y la segunda llevada a cabo el 1 de enero de 1574; actualmente, se divide en 15 Distritos, 36 Subdistritos, con sus respectivas zonas homogéneas que aglutinan los barrios u OTB (Organización Territorial de Base) y seis Subalcaldías.

El reconocimiento como suelo urbano en algunos sectores del Distrito 9 se realizó en el 2016 como efecto de la presión sociopolítica y el crecimiento de la ciudad en dirección sur, donde se encuentra la mancomunidad de Pucara Grande, cuya ubicación resulta estratégica por encontrarse sobre un eje vial comercial, lo que permite su ocupación por asentamientos informales que posteriormente son reclasificados como urbanos; esta mancomunidad la conforman ocho barrios, uno de ellos es Villa Israel, tal como se muestra en la Figura 2.

Figura 2. Plano general del área urbana de Cochabamba. Pucará Grande, señalada en círculo azul (parte inferior de la imagen)

Fuente: elaboración propia sobre cartografía del Municipio de Cochabamba (2016). CC BY

Villa Israel se encuentra en un sector donde los ocho barrios (OTB) que lo conforman han sido incorporados al suelo urbano, son San Antonio Mirador, San Agustín Sur, Alto Belén, Villa Guadalupe, Carmen Mayu, Alto Carmen Mayu, Virgen del Socavón y Señor de Mayo; cada uno de ellos posee su propia dirigencia vecinal para el relacionamiento con la autoridad municipal. Asimismo, dentro de la misma zona urbana existe una porción de territorio aún considerada como rural, integrada a través de conexión vial. La zona es administrada por la Subalcaldía Itocta del Distrito 9, Subdistrito 35, zona de Pucará Grande Sur, donde Villa Israel posee una superficie de 51,71 hectáreas, con pendientes variables entre el 20 y el 25%.

El crecimiento de Villa Israel se da a partir del 2003 con la aparición de 18 construcciones de forma difusa en el territorio, aprovechando el eje vial que se extiende desde el centro de la ciudad 11 km al sur, antiguamente (1910) denominado "Camino a Caraza", luego, Avenida Ayacucho, posteriormente, Avenida Panamericana y, finalmente, Camino a Santiváñez, como se muestra en la Figura 3.

Figura 3. Ubicación de la mancomunidad Pucara Grande. Resaltado en azul, el camino a Santiváñez, denominación local de la Vía Panamericana. Al sur se encuentra la población de Santiváñez (fuera de la imagen)

Fuente: elaboración propia (2024), sobre cartografía de Hábitat para la humanidad, Bolivia (s. f.). CC BY

La ciudad de Medellín, Colombia

Medellín, una de las ciudades más importantes de Colombia, es capital del Departamento de Antioquia, se encuentra en la cordillera Central del sistema de Los Andes, a una altura de 1.479 m s. n. m., ubicada en el Valle de Aburra, hace parte de un conglomerado de diez municipios que conforman el Área Metropolitana del Valle de Aburra. Fundada en 1616, la ciudad en su historia primigenia es un pequeño poblado, hasta las primeras décadas del siglo XX. Ha experimentado un continuo crecimiento demográfico, llegando a los 2.700.702 (2024) habitantes y una superficie geográfica de 382 km2, surcada en su centro por el río Medellín, como se muestra en la Figura 4.

Figura 4. Mapa del límite urbano del Municipio de Medellín

Fuente: elaboración propia (2024), sobre cartografía extraída de MAPGIS. CC BY

La ciudad está dividida en sectores más o menos homogéneos llamados comunas, en la actualidad tiene 16, cada una de ellas conformada por barrios con los que comparte proximidad geográfica; este valle, dominado por altas montañas a su alrededor, hace que en sus periferias aparezcan pendientes pronunciadas, en ocasiones por encima del 20%, parte de sus comunas están asentadas en alta ladera, como es el caso de la Comuna 8 Villa Hermosa, ubicada en la periferia centrooriental de la ciudad.

La Comuna 8 Villa Hermosa está conformada actualmente por 18 barrios reconocidos por la administración municipal; sus límites son, hacia el sur con la Comuna 9 Buenos Aires, al occidente la Comuna 10 La Candelaria, al oriente la Comuna 3 Manrique y hacia el oriente con el Corregimiento de Santa Elena, catalogado como suelo rural; en el límite urbano-rural de la Comuna 8 se encuentran los barrios Batallón Girardot, Llanaditas, Trece de Noviembre, Villa-tina, San Antonio, Villa Liliam, Villa Turbay y La Sierra, tal como se muestra en la Figura 5.

Figura 5. Comunas que conforman límite urbano-rural de Medellín

Fuente: elaboración propia (2024), sobre cartografía extraída de MAPGIS. CC BY

La historia de la Comuna 8 Villa Hermosa se emparenta con la del crecimiento de la ciudad, siendo un sector impulsado por intervenciones estratégicas como el sistema de transporte masivo Tranvía, que en los años 20 y 30 del siglo XX se constituyó en una obra que potenció la conexión de los barrios otrora periféricos con el centro de la ciudad; tal es el caso del tranvía al barrio Sucre (1922), que ayudó en la consolidación de barrios aledaños como Enciso; otra obra es la fábrica de textiles Coltejer, instalada en el barrio Boston, lo que contribuyó a la consolidación de barrios aledaños para las familias de los trabajadores de la industria.

En los años 40 del siglo XX, la parte alta de la Comuna 8 comenzó a poblarse de forma ilegal y descontrolada, lo que generó los barrios Villatina, Las Torres y Esfuerzos de Paz, en los años 60 se consolidaron barrios como Enciso y La Ladera, en los 70 se dieron nuevos asentamientos informales en los barrios Villa Turbay y La Sierra, en los 80 comenzó el proceso de asentamiento que dio lugar al barrio Trece de Noviembre. En esa misma época (1987), se produjo un gran deslizamiento de tierra en la ladera occidental del cerro Pan de Azúcar, que arrasó el barrio Villatina, dejando un número aproximado de 500 fallecidos y 1.500 damnificados, lo que evidenció la fragilidad de las construcciones en alta ladera aledañas al suelo rural, como se muestra en la Figura 6.

Figura 6. Plano de localización del barrio Villatina, en la ladera del cerro Pan de Azúcar

Fuente: elaboración propia (2022). CC BY

Condiciones actuales de cada lugar

En el barrio Villa Israel, la población asentada es originaria en un 80% del occidente del país, como los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí; el otro 20%, procede del Valle Alto de Cochabamba, de ciudades como Colomi, Punata, Tiraque y Arani. Por un lado, la familia tipo de Villa Israel está compuesta por 4,68 personas, el máximo rango de la familia está considerado con cinco miembros en un 31,03%; las familias compuestas por tres, cuatro y seis miembros poseen un porcentaje del 82,75%. Sus habitantes son trabajadores por cuenta propia en un 96,55% y el 3,45% son asalariados, la mayor actividad es comercial con 48,27% en tiendas para el comercio de alimentación (INE, 2012).

En cuanto al espacio público, se constata la apertura y trazado de calles como resultado de procesos de autogestión comunitaria, generando un sistema de conexiones caracterizado por la ausencia de capas de firmes y acabados, como se muestra en la Figura 7. Los espacios abiertos o de esparcimiento naturales que se encuentran en el barrio carecen de tratamientos de adecuación y son utilizados por la comunidad como depósito de residuos o deposiciones; con todo ello se va configurando un paisaje característico de periferia, que conserva algunos elementos del entorno rural, alterado gradualmente por la presión edificatoria que experimenta el territorio en la actualidad, como se muestra en las figuras 7 y 8.

Figura 7. Estado actual de las vías en Villa Israel

Fuente: elaboración propia (2022). CC BY

Figura 8. Estado actual de espacios verdes en Villa Israel

Fuente: elaboración propia (2022). CC BY

El sistema de conexiones, dadas las condiciones topográficas del terreno, también presenta dificultades para el acceso al barrio; cuenta con una vía estructurante que se desprende del eje principal y otra de acceso por medio del cauce del río, destinadas al transporte público que presta el servicio a la zona. En cuanto a la movilidad peatonal, tomando en cuenta las pendientes, el 70% de las vías se utilizan para este tipo de circulación, como se muestra en la Figura 9.

Figura 9. Malla vial utilizada por vehículos (en rojo) y peatones (en amarillo), Villa Israel

Fuente: elaboración propia sobre fotografía aérea extraída de Google Maps (2022). CC BY

En el barrio se pueden constatar estrategias habitacionales, ejecutadas tanto por la dirigencia vecinal como por la empresa privada, consistentes en la promoción de viviendas, aunque sean compuestas por una sola habitación, con el objetivo de demostrar su consolidación, como mecanismo de presión para incorporarlo a la ciudad mediante procesos de reclasificación. La titularidad de terrenos corresponde a propietarios individuales y de fondos agrarios con grandes extensiones de 1 hasta 10 ha; son agentes sociales que generan parcelaciones transformando los terrenos en parcelas de 250 m2 a 300 m2 para la venta, contando con la participación de arquitectos y topógrafos en los procedimientos técnicos que lo requieran.

Algunos habitantes del sector poseen hasta tres parcelas que conservan sin construir, ya sea como reserva para herencia familiar o para la especulación en el mercado inmobiliario local; los costes del terreno varían entre 1.500 y 3.000 dólares, con la posibilidad de pago fraccionado en función de la solvencia de los posibles compradores; otra razón por la que estas parcelas permanecen intactas es el imaginario colectivo de un futuro mejor con asistencia municipal y estatal. Es así como se va consolidando un paisaje generado por construcciones de una habitación de fondo, con cubiertas a doble pendiente, en otros casos sin acabados; también se presentan viviendas con diversas calidades constructivas y funcionales, tal como se expone en la Figura 10.

Figura 10. Condiciones habitacionales en Villa Israel

Fuente: elaboración propia (2022). CC BY

Para el caso Medellín, el análisis se centra en la Comuna 8 Villa Hermosa y el barrio Villatina, con una población compuesta por migraciones provenientes de otras regiones de Antioquia, especialmente del oriente, desde municipios como Rionegro, Guarne, Marinilla o El Santuario, así como de otras regiones del país como los departamentos de Chocó, Caldas, Risaralda y Quindío.

Para el 2018, la Comuna 8 -Villa Hermosa contaba con una población de 139.025 habitantes, de los cuales 66.950 eran hombres (48%) y 72.075 eran mujeres (52%); en cuanto a sus grupos de edad, en la Comuna 8 se encontraba el grupo de 0 a 20 años (47,2%), de 30 a 50 años (38,4%) y en el rango de 51 a 80 años y más (13,3%) de la población (Alcaldía de Medellín, 2021b).

El barrio Villatina, para el 2020, contaba con 15.892 pobladores, de los cuales 7.679 eran hombres y 8.213, mujeres (Alcaldía de Medellín, 2021a, p. 30); por otra parte, un 39,5% de su población se encontraba trabajando, el 20,9%, estudiando, el 17,8%, dedicada a las labores del hogar, el 5,3%, en búsqueda de trabajo y el 3,9%, dedicada a otra actividad; en la comuna se registraba un indicador de desempleo del 15%, es decir, 3 puntos porcentuales por encima de la media en la ciudad que se encontraba en el 12% (Alcaldía de Medellín, 2021c).

El espacio público ha sido abordado con atención en las últimas décadas por la autoridad municipal por dos razones; la primera es histórica y tiene que ver con procesos de reparación colectiva después de la tragedia por deslizamiento de tierra en 1987 en Villatina; la otra es geográfica, pues por estar en límites con suelo rural predomina la necesidad de controlar su crecimiento, implementando estrategias urbanísticas como el diseño y construcción de espacios públicos de borde, como el Ecoparque Camposanto o el Ecoparque Las Tinajas, como se muestra en la Figura 11.

Figura 11. Ecoparque Las Tinajas

Fuente: elaboración propia (2021). CC BY

Villatina tiene un trazado vial inclinado con pequeñas calles en alta pendiente, lo que deviene en una conexión problemática con el resto de la ciudad. Su principal vía conectora es la Calle 56EE; sin embargo, por sus estrechas y sinuosas calles pasan varias líneas de transporte público que conectan los barrios de la comuna con el centro de la ciudad. Los automóviles se estacionan en sus márgenes, lo que dificulta la movilidad, situación que se acrecienta, ya que además son utilizadas como depósito de residuos.

La movilidad peatonal se ha venido consolidando a través de una red de pasos peatonales con callejones, escaleras y demás accesos que discurren desde las vías hacia las viviendas; son calles y callejones estrechos, con partes construidas en concreto, a la vez que otras en tierra pisada y flanqueada por abundante vegetación; franjas del trazado peatonal también sirven como soporte para el transporte en motocicleta. Como el tránsito peatonal entre casas y calles se encuentra en precarias condiciones, genera riesgo para los peatones, incrementado además por efecto de las lluvias que son frecuentes y abundantes, como se muestra en la Figura 12.

Figura 12. Senderos de acceso a viviendas

Fuente: elaboración propia (2021). CC BY

En cuanto a la vivienda, se puede constatar un barrio que tiene dos sectores diferenciados. Por un lado, la parte baja conformada por viviendas consolidadas, zonas comerciales a pie de calle y pequeños parques; por otro, la parte alta de la montaña, límite con la zona rural, donde aún se aprecian viviendas espaciadas unas de otras, en diferentes fases de construcción y materialidad, viviendas construidas por encima de quebradas, en alta pendiente, lo que hace desarrollar diversas técnicas constructivas para solventar los problemas topográficos, como se muestra en la Figura 13.

Figura 13. Fuentes naturales de agua utilizadas como alcantarillado para las viviendas

Fuente: elaboración propia (2021). CC BY

En entrevistas con habitantes del sector, se pone de manifiesto el hacinamiento en las viviendas, problemas de evacuación de aguas residuales y de acceso a los servicios públicos domiciliarios, así como en la legalización de predios. También se encuentra el mercado ilegal de tierras en el que grupos organizados al margen de la ley fragmentan los terrenos y los ponen en venta, en parte para nuevos pobladores que no cesan de asentarse en suelos urbano y rural, algunas veces generando nuevas viviendas en alta ladera, en zonas de riesgo por deslizamiento o en las inmediaciones de torres eléctricas de alta tensión. Un porcentaje de la población, por su origen campesino, trae consigo maneras de asentarse en el territorio con referencias a la ruralidad, por lo que construyen casas en medio de espacios abiertos como parques y bosques, alterando pendientes, arborización o fuentes naturales de agua, como se muestra en la Figura 14.

Figura 14. Viviendas en la parte alta del barrio Villatina. Al fondo, la ciudad de Medellín

Fuente: elaboración propia (2021). CC BY

DISCUSIÓN

La existencia de asentamientos informales se sigue cuestionando, poniendo en entredicho la presencia de sus habitantes, de acuerdo con la afirmación de Olivera (2018); mientras tanto, estos segmentos poblacionales impulsan luchas de autolegitimación en las instancias donde les sea posible, acudiendo a estamentos políticos como secretarías y concejos municipales en busca de apoyos para el desarrollo del barrio, en cuyos espacios de deliberación se siguen presentando discusiones que oscilan entre ayudas o desalojo. Las comunidades siguen segregadas con respecto al resto de la sociedad en ciudades que, a su vez, presentan fenómenos como la desconexión y el extrañamiento.

Si bien hay esfuerzos de las autoridades municipales para resolver problemáticas de los sistemas de conexiones a escala macro, en los asentamientos informales se siguen presentando procesos de autodeterminación y autogestión de los problemas más acuciantes, tal como lo plantea Hernández-García (2016), definiendo así una de las características más rele­vantes de lo que el autor llama "asentamientos populares".

Es la comunidad la que tiene un conocimiento profundo de las problemáticas que le acontecen, utilizan la estrategia de la autoconstrucción para procurarse los espacios que necesiten, resignificar otros como lugares de encuentro comunitario, adecuar las conexiones de acceso a las viviendas de acuerdo con las necesidades que van emergiendo en el tiempo, además de la búsqueda de fuentes de sustento y manutención; son procesos de urbanización inversa (Pírez, 2016) en los que la población se procura la construcción de habitat antes de que exista cualquier obra de infraestructura básica para urbanizar —por ejemplo, un sistema vial—, posibilitando visualizar lógicas alternas de generación de ciudad.

Otro aspecto también mencionado por Hernández-García (2016), para quien la existencia de estas personas, cuyo compromiso con el bienestar colectivo es constante y decidido, debería implicar apoyos, aunque las condiciones políticas, económicas, administrativas y jurídicas lo dificulten; sin embargo, en el entramado social también se cuenta con agentes sociales como organizaciones no gubernamentales, instituciones educativas o cámaras de comercio, que ponen en práctica apoyos para conseguir el bienestar comunitario.

A pesar de las dificultades, los vínculos comunitarios y familiares surgen como respuesta a las adversidades lo que les permite enfrentarlas; en este sentido, se puede estar de acuerdo en que el establecimiento del intercambio de saberes puede posibilitar la puesta en valor de las lógicas de autogestión, el reconocimiento de los territorios y el paso hacia otros estados de bienestar (Mejía Ayala & Duquino Rojas, 2020; Kaztman, 2001; Hernández-García, 2016).

Las variables empleadas en el estudio de las periferias, como los sistemas de espacio público y de movilidad, vivienda, demografía y factores naturales, permiten observar entornos marcados por la escasez de requerimientos mínimos de calidad habitacional, cobertura de servicios públicos domiciliarios, además de la carencia de equipamientos de salud y educación con respecto a los demás territorios que Arteaga (2005) llama la "ciudad consolidada".

En contraposición, lo que se vislumbra es otra ciudad "haciéndose a sí misma", lo que representa un despliegue de estrategias económicas a escala barrial, de técnicas constructivas vernáculas, de formas de autorganización —como el convite y la recolecta—, de alternativas a las manifestaciones de violencia —como el arte urbano— y las que consideren necesarias para encontrar soluciones urgentes a problemas emergentes, poniendo en escena nociones como las de territorialidad y comunidad.

Y si se extrapola el fenómeno de los asentamientos informales hacia el "otro lado de la ciudad", es decir, hacia el campo, lo que se encuentra es un continuo proceso de periurbanización, una penetración urbana hacia el suelo rural (Ávila Sánchez, 2001), afectando tanto las condiciones de la ciudad consolidada como la estructura agrícola local, los sistemas hídricos, las coberturas vegetales o los sistemas montañosos naturales, lo que requiere un redimensionamiento de los conflictos, potencialidades y alternativas para las franjas intersticiales campo-ciudad.

CONCLUSIONES

Los vínculos comunitarios se tornan esenciales para hacer frente a los problemas cuando no se tienen los medios económicos o técnicos a disposición, instaurándose procesos de autoconstrucción y gestión territorial, poniendo en común estrategias económicas que ayudan a configurar en los habitantes una imagen compartida de lo comunitario y lo territorial, lo que les permite redefinir sus relaciones con otros actores y estamentos como las autoridades municipales, promotores inmobiliarios o el mercado de la construcción.

En las interacciones comunitarias, la escasez de modelos sociales exitosos deja latente el reto del acompañamiento en el que actores sociales externos puedan aportar conocimientos para la gestión territorial y, a su vez, se permitan ser permeados por los aportes que reciben en cada intercambio, lo que implica un análisis de las soluciones provenientes de los habitantes locales, una apuesta por los procesos de apropiación social del conocimiento, reciprocidad de saberes e incidencias mutuas interestamentales: Estado-universidad-comunidad.

Las condicionantes ambientales configuran otra problemática común a ambos territorios en la medida en que se siguen consumiendo terrenos de uso rural, se están secando o contaminando los ríos al asentarse en sus inmediaciones, siguen presentándose prácticas como su uso para el consumo humano, reutilización o acopio, lo que cuestiona el buen estado del recurso hídrico para la salud de la población.

La periferia urbano-rural amerita su reconocimiento también por sus problemáticas medioambientales, ya que son componentes que los hacen particularmente difíciles para efectos de habitabilidad. Esto hace que estos espacios intersticiales sean particularmente complejos, donde las condicionantes naturales, así como las preexistencias construidas del entorno, configuran problemáticas emergentes que se deben sortear, tal como se aprecia en las figuras 15 y 16.

Figura 15. Panorámica del Distrito 9, Cochabamba

Fuente: elaboración propia (2022). CC BY

Figura 16. Panorámica de la Comuna 8, Medellín

Fuente: elaboración propia (2021). CC BY

Ahora bien, ¿cuáles son los factores que hacen que estos espacios tengan características diferenciadas con relación al resto de la ciudad?, siguen presentes fenómenos como la migración forzada, las pocas posibilidades económicas y de formación, así como las diferentes formas de segregación; son problemáticas que hacen aparecer un tipo de pobreza que se extiende de generación en generación, replicando modelos de comportamiento, sustento y manutención.

En cada territorio surgen condiciones económicas atravesadas por violencias, que en Medellín tienen que ver con la proliferación de grupos organizados al margen de la ley, localmente llamados "combos", que realizan labores de seguridad interior, controlan el mercado local de insumos y comestibles, entre otras actividades por las que cobran "impuestos" y, en Cochabamba, con la ejercitada por pandillas contra los bienes materiales de los habitantes. Los conflictos hacen que niños y jóvenes sean cada vez más vulnerables a las dinámicas sociales de una economía ilegal.

Desde un punto de vista metodológico, la investigación ha dejado latente la necesidad de profundizar en criterios medioambientales que, si bien hacen parte de las problemáticas en los territorios estudiados, requieren acercamientos que los asuman en su especificidad, complementariedad e interacción con los otros aspectos; estudios acerca del manejo de fuentes hídricas, las escorrentías naturales, los efectos del consumo de terrenos de cultivo, seguridad alimentaria, son algunos de los que se requieren para complementar los análisis realizados.

Así mismo, aparecen nuevos retos de investigación como el papel de los jóvenes en los asentamientos informales, el rol de la mujer, el redimensionamiento de la noción de espacio público o la incidencia de la cultura digital en su configuración; el estudio de las periferias urbano-rurales permite la puesta en escena de metodologías multiescalares y multidimensionales, entendiendo sus lógicas inherentes en correspondencia con sus problemas, tendencias y oportunidades.


CONTRIBUCIONES Y AGRADECIMIENTOS

Este artículo deriva de una investigación llevada a cabo entre la Universidad del Valle (Bolivia) y la Universidad de San Buenaventura (Colombia), titulado "Estrategias de ocupación territorial en la periferia urbana. Estudio comparado en las ciudades de Medellín (Colombia) y Cochabamba (Bolivia)".

Los aportes de cada investigador vienen relacionados con intereses compartidos acerca de barrios periféricos en cada ciudad, pero también impulsados por las posibilidades de cada universidad. Es así como, los requerimientos académicos propios del área de taller de diseño han permitido al docente de la Universidad del Valle el aporte de premisas analítico-proyectuales en los constructos teóricos, así como contribuciones con respecto a los elementos empleados en las posibilidades de diseño en cada lugar.

En el caso del investigador de la Universidad de San Buenaventura, en correspondencia con las exigencias de la práctica social, ha aportado en las propuestas y posteriores ajustes de las herramientas necesarias para abordar el trabajo de campo con la comunidad, la sistematización de la información recolectada, así como su diagramación y presentación; así mismo, en la formulación de los trabajos de grado, a través de la investigación se aportan temas de interés académico que algunos grupos de estudiantes retoman para desarrollar.

Los investigadores agradecen al Director de la Licenciatura en Arquitectura y Urbanismo de la Universidad del Valle, quien ha realizado el primer acercamiento, poniendo a disposición todas las facilidades para hacer un trabajo conjunto entre investigadores, que de otra forma no se hubiesen conocido, y quien siempre está en la búsqueda de nuevas oportunidades e interacciones institucionales. Así mismo, a la Decana de la Facultad de Artes Integradas de la Universidad de San Buenaventura, quien ha permitido las iniciativas de los investigadores, nunca ha dejado de confiar, de animar el trabajo mancomunado y de promover procesos de internacionalización. Resultado de ello es esta investigación.

Finalmente, agradecimientos especiales a las personas de las comunidades que han aportado con entrevistas, a veces enseñando la intimidad de su propio hogar, permitiendo tomar imágenes, sacar medidas, indagar en sus prácticas cotidianas; a esas comunidades se espera retribuir de alguna forma, como, por ejemplo, a través del intercambio de saberes, ya que el conocimiento técnico para las personas que tienen problemas en su cotidianidad y que, aunque parezcan comunes y sencillos, son importantes y su solución, urgente.

REFERENCIAS

Alcaldía de Medellín. (2021a). Plan de Desarrollo Local (PDL) Comuna 8-Villa Hermosa. https://acortar.link/MlNkIZ

Alcaldía de Medellín. (2021b). Perfil Demográfico 2016-2020 Comuna 08 Villa Hermosa. https://acortar.link/818Usb

Alcaldía de Medellín. (2021c). Comuna 8: Villa Hermosa. Ficha de Caracterización. Departamento Administrativo de Planeación (DAP). https://acortar.link/XYLtcR

Aguilar, A., & López Guerrero, F. (2015). Espacios de pobreza en la periferia urbana y suburbios interiores de la Ciudad de México. Las desventajas acumuladas. Revista EURE. Revista de Estudios Urbano Regionales, 42(125). https://www.eure.cl/index.php/eure/article/view/1566

Aguilera-Martínez, F., Medina-Ruiz, M., Castellanos-Escobar, M., & Perilla-Agudelo, K. (2017). Intervención social en el borde urbano desde el proceso de la significación cultural. Revista de Arquitectura (Bogotá), 19(2), 78-93. https://doi.org/10.14718/RevArq.2017.19.2.1495

Arteaga, I. (2005). De periferia a ciudad consolidada. Estrategias para la transformación de zonas urbanas marginales. Bitácora Urbano Territorial, 9(1), 98-111. https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/18741/19636

Ávila Sánchez, H. (2001). Ideas y planteamientos teóricos sobre los territorios periurbanos. Las relaciones campo-ciudad en algunos países de Europa y América. Investigaciones Geográficas, 1(45). https://doi.org/10.14350/rig.59148

Bazant, J. (2008). Procesos de expansión y consolidación urbana de bajos ingresos en las periferias. Bitácora Urbano Territorial, 13(2), 117-132. https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/18527/19437

Cerasoli, M. (2009). Periferias urbanas degradadas: normas de asentamiento y formas del habitar: ¿cómo intervenir? 5th International Conference Virtual City and Territory, Barcelona, 2,3 and 4 June 2009 (pp. 59-76). Barcelona, Centre de Política de Sòl i Valoracions. https://upcommons.upc.edu/handle/2099/11344

Gobierno Municipal de Cochabamba. (2022). https://www.cochabamba.bo/

Guerrero, A., & De los Ríos, A. (2022). Bioperiferia urbana. Resignificación del hábitat popular en la localidad de Ciudad Bolívar, Bogotá. Revista Modulo Arquitectura CUC, 29, 195-222. http://doi.org/10.17981/mod.arq.cuc.29.1.2022.08

Hábitat III. (2015). 22-Asentamientos informales. ONU Hábitat. https://acortar.link/JdnqFN

Hernández-García, J. (2016). ¿Hábitat popular, un modo alternativo de producción de espacio para América Latina? En I. Iliana Hernández (Ed.), Estética de los mundos posibles: inmersión en la vida artificial, las artes y las practicas urbanas (pp. 245-258). Editorial Pontificia Universidad Javeriana. https://acortar.link/eHpsaj

Instituto Nacional de Estadística (INE), Estado Plurinacional de Bolivia (2024). Censo de población y vivienda, 2012. https://goo.su/ph1amO1

Kaztman, R. (2001). Seducidos y abandonados: el aislamiento social de los pobres urbanos. Revista de la CEPAL. https://repositorio.cepal.org/handle/11362/10782

Manzano, N. (2015). El complejo territorial de la Región Metropolitana de Cochabamba. CLACSO.

Medina Bejar, K. N., Schroeder, S., Zavala Salazar, M. D. de los Á., & Condori Huasacca, D. E. (2022). El apego al lugar en asentamientos urbanos en procesos de consolidación: estudio de casos de Piuray Tacna. XIII Seminario Internacional de Investigación en Urbanismo, Barcelona-Bogotá, Junio 2021. https://upcommons.upc.edu/handle/2117/359956

Mejía Ayala, W., & Duquino Rojas, L. (2020). El asentamiento informal como heterotopía: una exploración alternativa. Bitácora Urbano Territorial, 31(I), 251-262. https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n1.87833

Olivera, L. G. (2018). Continuidad de la urbanización informal en los espacios de pobreza metropo­litanos, rémora del desarrollo y déficit de la política de vivienda: Cuernavaca, México. Territorios, (39), 97-133. http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/territorios/a.5412

Pírez, P. (2016). Las heterogeneidades en la producción de la urbanización y los servicios urbanos en América Latina. Territorios, (34), 87-112. https://doi.org/10.12804/territ34.2016.04

Rasse, A., Robles, M. S., Cáceres Quiero, G., Trebilcock, M. P., & Sabatini, F. (2020). Segregaciones: habitar la periferia popular en Santiago, Concepción y Talca. Bitácora Urbano Territorial, 31(1), 223-235. https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n1.86855


Inicio


Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons