http://dx.doi.org/10.14718/RevArq.2021.2711


Paisaje construido y sustentabilidad urbana: huellas identitarias del paisaje moderno.
El Plan de Transformación de Osorno

Built landscape and urban sustainability: Identity prints of the modern landscape.
The Osorno Transformation Plan


Hugo Weibel-Fernández

Universidad de Los Lagos, Osorno/Puerto Montt, Chile.
Departamento de Arquitectura-Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER).
Seminario Permanente de Estudios Urbanos.
Arquitecto, Universidad Central, Santiago (Chile).
Dr. Arquitecto, Universidad Politécnica de Catalunya, Barcelona, (España).
Académico e Investigador en el Departamento de Arquitectura/Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER), Universidad de Los Lagos. Chile.
https://scholar.google.com/citations?hl=es&user=FT7g6q-gAAAAJ
0000-0002-0707-389X
hweibel@ulagos.cl


Recibido: mayo 6 / 2019
Evaluado: noviembre 27 / 2019
Aceptado: octubre 26 / 2020

Para citar este artículo / to reference this article: Weibel-Fernández, H. (2020). Paisaje construido y sustentabilidad urbana: huellas identitarias del paisaje moderno. El Plan de Transformación de Osorno. Revista de Arquitectura (Bogotá), 23(1), 86-96. https://doi.org/10.14718/RevArq.2021.2711



Resumen

Se aborda el estudio de las huellas arquitectónicas y urbanas modernas en relación con el paisaje contemporáneo de Osorno, Chile, con miras a comprender las implicancias actuales de sus rasgos distintivos, con una perspectiva de desarrollo sostenible. Con base en Hiernaux, Mondragón y Aliste, y mediante documentación de época, se interpreta el Plan de Transformación de Osorno (1930) en los ámbitos de espacio público y modos edificatorios. Paralelamente, se hacen registros fotografíeos intencionados de las huellas modernas de dicho plan presentes en la urbe contemporánea. Con la información obtenida se interpreta críticamente la situación de dichas huellas en relación con el contexto contemporáneo, para concluir que el Plan de Transformación de Osorno propuso una vía modernizadora no rupturista, y que, además de mantener vínculos con la herencia local, factibilizó materializar prácticas arquitectónicas y urbanas modernas, con énfasis en espacios públicos, cuyas huellas, aún relevantes en la ciudad, han asistido a la evolución sustentable de Osorno.

Palabras clave: Espacio urbano público; evolución urbana; herencia histórica; identidad cultural; modernidad local



Abstract

The study of modern architectural and urban traces in relation to the contemporary landscape of Osorno, Chile, is approached in order to understand the current implications of its distinctive features, from a perspective of sustainable development. Based on Hiernaux, Mondragón and Aliste, and through documentation of that period, the Osorno Transformation Plan (1930) is interpreted in the areas of public space and building modes. At the same time, intentional photographic records are made of the modern traces of this plan present in the contemporary city. With the information obtained, the situation of these traces is critically interpreted in relation to the contemporary context, in order to conclude that the Osorno Transformation Plan proposed a non-rupturist modernizing path that, in addition to maintaining links with the local heritage, it made it possible to materialize modern architectural and urban practices, with emphasis on public spaces, whose traces, still relevant in the city, have witnessed the sustainable evolution of Osorno.

Key words: Public urban space; urban evolution; historic heritage; cultural identity; local modernity



Contenido

Introducción
     Prexistencias urbanas de Osorno: la escena que se moderniza
Método
Resultado
     Osorno moderno: prácticas y experiencias en torno al plan de transformación
     La huella de Prager en el paisaje urbano actual. Propuestas materializadas
     La ciudad densa: el casco central y la edificación continua moderna
     El nuevo barrio habitacional moderno: ciudad jardín y edificación aislada en tensión tradición-modernidad
     Espacio púbico urbano: propuestas para la creación o la remodelación de parques, plazas y perfiles de calles de nuevos barrios de Osorno
Discusión
Conclusiones
Notas
Referencias



Introducción

El presente artículo de investigación surge como parte de la labor realizada a partir del desarrollo del proyecto de investigación Patrimonio urbano moderno e inclusión social. El caso de la Plaza de Armas de Osorno, fomentado por la Vicerrectoría de Investigación y Posgrado de la Universidad de Los Lagos, Chile, y cuyo objetivo general fue contribuir en la generación de conocimiento acerca del patrimonio urbano moderno local, aspirando a aportar en la comprensión de la complejidad de su configuración patrimonial.

Hemos enfocado en el reconocimiento y la comprensión de aspectos particulares de la propuesta de planificación urbana moderna ideada en 1930 por el arquitecto paisajista alemán Oscar Prager: el Plan de Transformación de Osorno; también, en el estudio de las trazas o las huellas construidas de dichos aspectos del mencionado plan, presentes hoy en los sectores céntricos y pericentrales de la urbe, con una perspectiva de evolución sustentable. Se tuvo como objetivo específico reconocer y analizar elementos, tipos y relaciones urbanas y arquitectónicas del escenario físico patrimonial moderno. Como hipótesis se planteó que el entorno construido del centro de Osorno configura un paisaje moderno de interés cultural local, cuyas huellas constituirían un escenario identitario complejo, aún en uso, facilitador de sentido de pertenencia y de calidad de vida. Se espera que la interpretación crítica y la posterior difusión del actual estado de dichas huellas colaboren en su visibilización como legado local, aspecto necesario para su puesta en valor.

Estudiar una sección de las huellas del desarrollo arquitectónico y urbano moderno de Osorno1, urbe de 150.000 habitantes del sur de Chile que ha sido considerada "la ciudad moderna del sur de Chile" (Fernández et al., 2016, p. 7), es relevante no solo porque desde el foco propuesto esas huellas no han sido exploradas, sino también, porque la ciudad aún conserva un extenso acervo arquitectónico y urbano del periodo moderno, producto tanto del dinamismo de sus procesos, desde mediados del siglo XIX, como de su enlentecimiento, a partir de la segunda mitad de siglo XX, ralentización que, incluso, se extendió hasta la primera década del siglo XXI, aspectos ambos que determinaron la manutención de un particular legado, del cual forman parte las huellas que se han explorado, y que se encuentran aún en uso, pero también en riesgo, dado el nuevo pulso acelerador del cambio urbano local, mediado tanto por el sector inmobiliario como por la acción municipal.

El punto de partida es el planteamiento de que las huellas arquitectónicas y urbanas modernas de Osorno contribuirían a configurar un complejo paisaje identitario local, ya tradicional, cuyas trazas físicas actuarían como facilitadores de sentido de pertenencia y, de tal manera, de la evolución urbana sustentable.

Explorar, comprender y apreciar los diversos elementos e interacciones de los rasgos distintivos que han ayudado a configurar este particular paisaje urbano moderno, su carácter, es una clave para dar respuesta a interrogantes como: ¿Qué podemos aprender de experiencias pasadas de los desarrollos urbanos del movimiento moderno? Interrogante que bien podría ser replanteado en clave local como: ¿De qué formas han sido capaces de permanecer, y así contribuido a la configuración del paisaje local, el planeamiento y la puesta en práctica de un plan urbano moderno en Osorno, llamado el Plan de transformación? Y, ¿Cuáles son las actuales implicancias de este paisaje urbano local con una perspectiva de calidad de vida? Interrogante observado, a su vez, en consideración del sentido de pertenencia —una condición y una disposición ciudadanas posibilitadoras de horizontes estratégicos de desarrollo con mayor vocación de inclusión social (CEPAL, 2008, p. 43)—, entendiéndose dicho sentido como condición para la integración social y el desarrollo sostenible (Burgess, 2003, p. 205).


Prexistencias urbanas de Osorno: la escena que se moderniza

El entorno urbano de la ciudad de Osorno ha mantenido un tempo de desarrollo pausado, pero sostenido, que se ha venido verificando en una relación de intermediación respecto de su ámbito territorial: uno caracterizado, históricamente, por la cultura agropecuaria. Tal contenedor territorial ha sido el marcapasos de su camino cultural.

Situada en un territorio ocupado originariamente por la etnia mapuche huilliche, su proceso histórico de evolución urbana ha transitado por diversos modos: la ciudad fundacional de la colonización hispana, planeada mediante el expediente urbano del "damero"; los nuevos procesos de urbanización modernos, como se muestra en la figura 1, promovidos por la expansión territorial del Estado chileno y, en este caso, mediados por el impulso de la colonización germana en los territorios del sur, y los posteriores procesos evolutivos contemporáneos que dibujaron su actual perfil (Weibel y Angulo, 2013, pp. 121-130). Y todos ellos, entreverados, configuran hoy los diversos estratos temporales del paisaje urbano de Osorno. Hemos intentado indagar en el segundo de dichos modos.

Figura 1. Plano de Osorno hacia 1962. Extensión de urbanización.

Fuente: reproducción de original; elaboración propia (2017). CC BY NC ND.


La antigua villa de Osorno, a la fecha de su fundación, en 1558, además de ser la ciudad más austral del Reino de Chile, fue concebida como centro productor y distribuidor regional de productos agrícolas; sin embargo, tras el levantamiento indígena mapuche huilliche de 1598, que se extendió por las ciudades al sur del río Bio-Bio, el poblado hubo de ser abandonado en 1604. Tras casi dos siglos de inadvertencia, a fines de 1 792, y rigiéndose nuevamente por las Leyes de Indias, los colonos españoles volvieron a fundarla en el mismo lugar2 y siguiendo el mismo trazado original.

El sitio de emplazamiento de la trama urbana en damero, característica de dicho cuerpo normativo, se caracterizaba por contar con dos cursos de agua de importancia, más otros esteros menores, los que, sumados a las pendientes de la topografía, configuraban un lugar que naturalmente determinaba, hacia el norte y el poniente, los límites de expansión del damero, como se muestra en la figura 2.

Figura 2. Plano de la antigua ciudad de Osorno (1796).

Fuente: copia de un dibujo de Ignacio Andía y Varela. Colección Museo y Archivo Histórico Municipal de Osorno (2019). CC BY NC ND.

Tras la independencia de la República de Chile, toma lugar en la localidad, hacia 1850, un nuevo proceso de colonización territorial, esta vez promovido por el Estado de Chile, que determinó el asentamiento de un contingente de colonos alemanes en la naciente villa; sin embargo, el casco urbano de Osorno aún se mantenía cercano a su extensión original. La ciudad, que se había ampliado solo hacia las inmediaciones de los ríos Damas y Rahue, contaba hacia 1875 con tan solo 1895 vecinos, incluidos entre ellos los recién arribados colonos alemanes, quienes, desde su llegada, se constituirán en uno de los grupos impulsores de la modernización urbana y arquitectónica local3


Método

En relación con los aspectos metodológicos considerados, en el presente trabajo se establece inicialmente el fundamento conceptual, que hace referencia a los ámbitos de las relaciones espacio-sociedad (Hiernaux, 1978, pp. 199-132) de las transformaciones físicas en relación con las prácticas espaciales (Mondragón, 2013, p. 222) y al concepto de huella territorial, en tanto testimonios del proceso de transformación de un territorio (Casanova, 2013, p. 44), manifestaciones de lo hecho por el hombre a través del tiempo (Maderuelo, 2001, p. 17), resultado acumulativo de prácticas espaciales desarrolladas por los habitantes de un lugar. Contando con dicha conceptualización, se acudió, además, a la revisión y la interpretación, mediante análisis de contenido, de fuentes documentales y bibliográficas de época; en especial, las Actas de Sesión municipales, libro 12 (1930), y el Diario La Prensa, 1930, con el fin de estudiar y comprender la propuesta original de planificación urbana estudiada: el Plan de Transformación de Osorno, respecto del cual se definió acotar el estudio a dos de sus ámbitos principales: 1) las propuestas de implementación de espacios públicos para la vida urbana y 2) los modos edificatorios urbanos.

Paralelamente, la labor de campo se centró en hacer recorridos urbanos de exploración y reconocimiento de dichos ámbitos en el centro (en torno a la Plaza de Armas) y en Población Matthei (ubicada en un área pericentral de la ciudad), sectores en los que se materializó el proyecto moderno local, sobre todo, entre 1929 y 1970. La técnica de recolección de información consistió en llevar a cabo una serie de registros fotográficos intencionados sobre el objeto de estudio: espacio público y áreas de edificación continua y de edificación aislada o pareada, en el caso de los tipos edificatorios, como se muestra en las figuras 3, 4 y 6, tendientes a la identificación in situ de las huellas construidas del Plan de Transformación que aún mostraban presencia y usos significativos. Para lo anterior, previamente se delimitó el área de la ciudad en la que, fundamentalmente, quedaron expresas dichas trazas, como se muestra en la figura 3.

Figura 3. Plano de Osorno hacia 1962. Marca el perímetro de los sectores céntrico (izquierda) y pericentral, en los que se centraron los recorridos urbanos.

Fuente: reproducción de original; elaboración propia (2017). CC BY NC ND.


Tras la ejecución de dicho registro y la ordenación del material, se hizo la interpretación crítica de su actual estado, mediante observación del contenido visual en relación con los usos actuales de la urbe. Las representaciones iconográficas son fuentes valiosas para recabar información sobre los contextos socioeconómicos e históricos, la cultura material y los estilos de vida (Agustín, 2010, p. 86). El muestreo consideró el registro de las huellas tales que avalaran la cantidad y la riqueza de información.


Resultados

Se expondrán los resultados obtenidos respecto de las huellas pesquisadas del Plan de Transformación de Osorno referentes a espacios públicos y modos edificatorios, en relación con sus usos y el estado de situación actuales.

Para abordar la experiencia moderna local, a partir del caso de la construcción de la modernidad arquitectónica y urbana de Osorno, es preciso tender una aproximación desde la esfera de las relaciones entre espacio y sociedad, ámbito respecto del cual Daniel Hiernaux ha señalado que

La conformación del territorio, el crecimiento de sus ciudades y en general todas las transformaciones del espacio físico no son independientes de las características de la formación social en la cual se producen [...] los procesos de transformación del espacio pueden ser considerados como una producción generadora de productos no solamente materiales (o producción de obras), sino de ideas, de relaciones de elementos, etc. (Hiernaux, 1978, p. 127)

O, como bien lo señaló Mondragón,

Cualquier interpretación de los nuevos rituales y prácticas de socialización urbanas estaría incompleta si no se hace referencia a las transformaciones del escenario físico en el cual se desarrollan. En el otro sentido, cualquier interpretación de las transformaciones físicas de la ciudad estaría incompleta sin hacer referencia a los rituales de socialización que tales transformaciones albergan y promueven. (Mondragón, 2013, p. 222)

Así mismo, la forma de aproximarse al objeto de estudio sigue la concepción de huella territorial (Aliste, 2012, citado en Casanova, 2013, p. 40), que hace referencia a los testimonios de los procesos de transformación que han tomado curso en el territorio; en este caso, los testimonios físicos de la modernidad arquitectónica local.


Osorno moderno: prácticas y experiencias en torno al plan de transformación

La acción de los nuevos colonos germanos como impulsores y co- constructores de la modernización urbana de Osorno solo se puede entender a cabalidad si se la observa en tanto prácticas locales que operaron "tramando" la acción de expansión territorial nacional, buscando otorgarle un "sentido local" afín a sus necesidades (Muñoz, 2017, p. 25). Aquellas fueron prácticas que, considerando los lineamientos del estado, también valoraban un modo de vida urbano propio que aún se verificaba asociado a un entorno territorial rural, en el que se desarrollaba una economía fundada en la labor agro-ganadera: a inicios del siglo XX, Osorno era un poblado cuya renovación, asociada a los procesos de modernización, se ligaba no solo a su impulso propio, sino al de su hinterland rural, lugar de asentamiento productivo de parte de los colonos. Hacia 1920, año en que Osorno contaba con 20.474 habitantes, solo el 36 %, de la población de la comuna era urbana (Núñez y Pradines, 1995, p. 159).

Ante la necesidad de tener un anteproyecto, o Plan de Transformación, necesidad que les había sido impuesta por el Estado (de acuerdo con la Ley 4563, del 30 de enero de 1929, todas las ciudades chilenas de más de 20.000 habitantes deberían implementar un plan de transformación), los habitantes de Osorno, representados por la junta de vecinos y el municipio, "traman" la acción local a dicho requerimiento al gestionar la contratación de un arquitecto paisajista alemán, cuya labor, con asiento en la misma ciudad, y cuya "cercanía cultural" con los gestores de su contratación, le permitiera idear un plan de transformación para Osorno que, además de satisfacer las demandas nacionales, fuera una respuesta afín a las aspiraciones y el propio modo de vida. Un asunto crucial, pues se trataba del primer ordenamiento moderno de la urbe por primera vez desde la implantación española del damero fundacional, y que determinaría el tono del futuro urbano de la ciudad. De tal forma, la solicitud nacional se transformaba en una oportunidad —de hecho, la primera oportunidad— que los habitantes locales tenían para incidir en el ordenamiento oficial de su propia urbe.

Para desarrollar el Plan de Transformación de Osorno, y tras haber sido contactado por el señor Federico Matthei Sch., vocal de la junta de vecinos, el municipio local contrata en 1929 al alemán Oscar Albert Prager, quien llega a Osorno provisto no solo de su fundamental afinidad y su conocimiento del medio cultural4 que lo requería, sino que también lo hace equipado con un sólido bagaje teórico y práctico en arquitectura del paisaje5, en tanto "ciencia de la planificación y el diseño de paisajes urbanos en el tiempo y el espacio, basándose en las características naturales y en los valores históricos y culturales del lugar" (Asociación Peruana de Arquitectura del Paisaje, 2018, s. p.) disciplina, en vez de la del urbanismo, particularmente propicia para organizar la anhelada "trama" de la visión local en el diseño del plan, el cual debía reconocer a una pequeña, pero pujante, ciudad, localizada en relación con un marco no construido marcado por ríos, quebradas, desniveles y vegetación, y cuya actividad se desarrollaba en estrecha relación con su entorno rural.

La visión sobre el desarrollo urbano que sostenía Prager, y que le permitió ensayar respuestas concordantes con los anhelos locales, se fundaba sobre los postulados del arte cívico6, disciplina urbana cuyas raíces se encontrarían en movimientos como el Arts and Crafts, el preservacionismo de la tradición pintoresca y el tratamiento clasicista de los centros urbanos, así como en el urbanismo artístico de Camilo Sitte. De acuerdo con Monclús, el arte cívico constituía "un planteamiento moderno, conceptual, que buscaba reformular las tradicionales visiones del embellecimiento urbano, vinculado a la voluntad de introducir determinada dimensión estética en las intervenciones urbanísticas" (Monclús, 1995). Watrous, por su parte, lo presentaba como "Un arte cotidiano íntimo, al contribuir a la estructura, belleza y eficiencia de la vida comunitaria" (Watrous, 1912). Todos los mencionados son aspectos que contribuirían a reforzar la idea de un diseño urbano fundado en "la manifestación de las verdades morales y estéticas de la tradición clásica junto a la incorporación racional de las necesidades modernas dentro de nuestra herencia cultural" (Simmons, 1991, p. 99).

En síntesis, y como se muestra en la figura 4, una propuesta moderna que, dejando de lado la vía de la ruptura, al modernizar también se enfocaba en la consideración de la cultura y el modo de vida anhelado por un grupo local. En la memoria del plan, Prager señaló que este fue ideado como "un plano que contemple el futuro desarrollo de una ciudad", sirviéndose para ello "del arte urbano y público, flor sublime que nuestra época debe cultivar", pero también como un instrumento que atienda "a las necesidades higiénicas, económicas y recreacionales de la ciudad", aspectos que "constituyen la base sobre la cual deben fundarse la vida urbana y el arte cívico" (Diario La Prensa, 1930a).

Figura 4. Reproducción del Diario La Prensa, de Osorno, junio 22 de 1930. "Transformación de Osorno".

Fuente: archivo del Programa de Estudios y Documentación en Ciencias Humanas PEDCH.
Universidad de Los Lagos, Osorno (2017). CC BY NC ND.



La huella de Prager en el paisaje urbano actual. Propuestas materializadas

La forma de aproximación al objeto de estudio también sigue la concepción de huella territorial (Casanova, 2013, p. 40), que hace referencia a los testimonios de los procesos de transformación que han tomado curso en el territorio; en este caso, testimonios físicos de la modernidad urbana y arquitectónica local, huellas construidas del Plan de Transformación de Osorno.

Las propuestas emanadas de la elaboración del plan de transformación quedaron reflejadas en dos tipos de documentos: los planos —de los que, a la fecha, solo se ha podido localizar el correspondiente a la propuesta general para la Plaza de Armas— y la memoria, que fue publicada oficialmente en las actas de sesión de la junta de vecinos, y también en la prensa local de la época. Entre otras, las diversas propuestas expresadas en la memoria incluyen, en términos generales: la zonificación general del área urbana, incluyendo propuestas para mejorar la conectividad mediante la construcción de un puerto fluvial y la extensión del recinto ferroviario; la reorganización de los barrios en comercio (o edificios de bodegas), tiendas y almacenes (o barrios industriales) —ambos, de edificación continua— y la disposición de espacios, en varias manzanas, destinados a la implementación de un centro cívico. También se zonifican los sectores residenciales de edificación aislada y la extensión urbana, para nuevas poblaciones obreras, y se reubica el cementerio general.

En el Plan se llegan a desarrollar aspectos específicos, como la propuesta de construir edificios públicos y la reglamentación referente a lineamientos arquitectónicos e iluminación urbana. De igual forma, se propone la realización de obras de infraestructura, como la creación de nuevos puentes y accesibilidades viales, vías diagonales y ensanches de calles y una circunvalación. Con esto, Prager consideró, a diversas escalas, "los múltiples problemas que trae consigo la transformación de la ciudad" (Diario La Prensa, 1930a).

Sin poder explorar todos los ámbitos antes señalados, lo que aquí interesa es observar los modos edificatorios propuestos para la actualización, así como relevar el énfasis que el paisajista puso en establecer los lineamientos necesarios para el diseño y la implementación del espacio público para la urbe moderna; fundamentalmente, algunos aspectos arquitectónicos y de implementación de áreas verdes. Respecto de estas últimas, Prager señalaba que "la escasez de plazas y parques...no son sino efectos malsanos de la falta de un plano adecuado de la planta de la ciudad" (Diario La Prensa, 1930b).

En consecuencia con su expresa preocupación por los espacios para la vida urbana, 10 de 16 planos que conformaron el Plan de Trasformación7 se refirieron a propuestas de paisajismo para espacio público, entre las que destacan la creación de un sistema de parques en relación con el marco urbano no construido; vale decir, ríos, esteros y quebradas, que constituyen los elementos subyacentes a la estructura de la forma urbana de Osorno. A dicho sistema de parques urbanos se suma la creación plazas, plazas de juegos infantiles, stadiums y detallados proyectos de remodelación de la Plaza de Armas y la avenida Mackenna.

De todas esas propuestas, pocas llegaron a concretarse, y solo algunas de ellas tienen una expresión urbana visible en la actualidad. Dado lo anterior, nos proponemos observar y develar las huellas de dichas propuestas de espacio para el uso público que, habiéndose materializado, son relevantes para la consecución del actual carácter del sector urbano que evolucionó regido por el plan de transformación; vale decir, el área central y pericentral de Osorno. Entonces lo que se propone es la observación de las trazas físicas del plan de transformación en tres dimensiones: la ciudad densa, la edificación aislada y el espacio público.


La ciudad densa: el casco central y la edificación continua moderna

Dando cuenta del modo urbano preexistente (el damero), la normativa propuesta para la zona céntrica comercial consideró la edificación continua. Su aplicación debía dar origen a un casco central que emplazara un continuo edificatorio moderno hacia el perímetro de las manzanas; vale decir, cuya renovación arquitectónica se implementara en relación con la forma urbana preexistente. De acuerdo con el plan, las arquitecturas modernas concebidas como obras de edificación continua paulatinamente irían constituyendo "fachadas urbanas modernas" las que habrían de establecer una relación directa o un diálogo entre obra de arquitectura y forma urbana (Torrent, 2014, p. 144).

La edificación continua que se materializó, y que hoy aún configura este sector, tuvo una densidad media (hasta cinco pisos) y se concentró en el área alrededor de la Plaza de Armas (donde estaban localizados, entre otros, el Hotel Burnier y los edificios de la Gobernación Provincial y el Consistorial), y también en la comercial calle Ramírez (cuyos edificios fueron concebidos con programa mixto, comercial y habitacional), pero también en otras calles céntricas, como Matta y O'Higgins, según se muestra en la figura 5.

Figura 5. Deterioro de edificación continua. Centro de Osorno. Edificio del antiguo Hotel Burnier (1931). Fue sometido a venta por pisos. Arquitecto: Carlos Buschmann Zwanzger.

Fuente: elaboración propia (2016). CC BY NC ND.


Siendo modernas, estas edificaciones tienen un carácter particular, debido a que parte de ellas fueron materializadas por arquitectos con estudios en Alemania en la escuela de Stuttgart, cuya formación se adscribía al traditionalismus, corriente de modernidad alternativa a la concepción moderna coetánea más rupturista, que admitía la cohabitación de representantes de "la modernidad moderada y la tradición con otros representantes del nuevo edificio, los llamados modernistas" (Braun, s. f.). Esta escuela, al igual que el arte cívico, propuesto por Prager, propugnaba la valoración de la herencia cultural (en el caso del traditionalismus, la del suroeste alemán) en la concepción arquitectónica moderna.


El nuevo barrio habitacional moderno: ciudad jardín y edificación aislada en tensión tradición-modernidad

Como resultado del crecimiento poblacional, y de la subsecuente demanda de creación de nuevas fracciones de la ciudad, Prager visualizó la necesidad de planear nuevas áreas urbanas, lo que constituyó una oportunidad para proponer nuevos modos de urbanización modernos, de los cuales se revisará, en este caso, el de ciudad jardín. Este se materializó hacia el oriente de la ciudad, en el sector denominado Población Matthei, para el cual se propuso, por primera vez en Osorno, un modo de urbanización distinto del damero fundacional, y que se caracterizó por el diseño de un barrio con calles curvas, que lo dotaban de un marcado sentido de interioridad e identidad urbana. El diseño, que incluía sitios para la creación de plazas y plazoletas, concebía también amplias veredas dotadas de una acabada propuesta de arborización.

El nuevo barrio significó, así mismo, una nueva escena para la vida en la ciudad; también, lugar para la implementación de nuevas arquitecturas para la práctica de, igualmente, nuevos modos de vida. La gradual concreción de la urbanización de la población Matthei, que se verificó a partir de la década de 1940, ofreció a la ciudad un loteo para edificar viviendas unifamiliares aisladas con antejardín que, así como asumían la formalidad del sistema estético moderno, también procuraban dar respuesta arquitectónica a los requerimientos planteados por factores contextuales locales. Ambos signos actuaron juntos como un crisol que moduló su expresión formal localizándola. Como resultado, este conjunto de nuevas viviendas amalgamó señas locales con otras universales o, dicho de otro modo, su expresión formal moderna se presentó en tensión tradición-modernidad; un ejemplo de ello se muestra en la figura 6.

Figura 6. Edificación aislada en sector de expansión moderno de Osorno. Calle Esmeralda No. 1635, población Matthei. Arquitecto: Ida Von Bischoffhausen.

Fuente: elaboración propia (2016). CC BY NC ND.


Espacio púbico urbano: propuestas para la creación o la remodelación de parques, plazas y perfiles de calles de nuevos barrios de Osorno

Enfatizando en lo colectivo de la vida urbana, uno de los centros del Plan de Transformación fue la implementación paisajística del espacio público, espacio respecto del cual Prager señalaba que "hoy día forma parte integral y esencial de la ciudad moderna... y constituye la base sobre la cual debe fundarse la vida urbana y el arte cívico" (Diario La Prensa, 1930b).

Las propuestas paisajísticas para dichos espacios incluyeron la creación de parques urbanos, como se muestra en la figura 7, incluyendo el Parque Schott y el Parque Municipal, y la salvaguarda de espacios de uso público de ribera, como reservas forestales, respecto de las cuales Prager señalaba que "parte de este programa debe ser la preservación en estado natural de las orillas del río Damas" en las que proyectó realizar "plantaciones de jardines con paseos, asientos y lugares para desembarcar, ya que aún no es tarde para crear paseos como no se encuentran en ningún lugar de Chile" (Diario La Prensa, 1930b).

Figura 7. Sistema de parques. Interpretación del Plan de Transformación de Osorno.

Nota: Realizada con información de la Memoria del Plan publicada en Acta de Sesión Municipal de Osorno, libro 12, año 1930.
Fuente: elaborado por la arquitecta Francisca Flores Chaipul (2017). CC BY NC ND.


Del sistema de parques y espacios de ribera propuesto, hoy en día es el Parque Cuarto Centenario el espacio más relevante. Recientemente remodelado, este parque urbano, situado en la ribera norte del río Damas, en pleno centro de la ciudad, concentra el uso público.

Dado el lento recambio urbano, y también debido a las regulaciones urbanas actuales, la ribera sur del río Damas, a lo largo de su paso por la ciudad, es todavía un espacio potencial para la implementación de espacio público, como lo concibió Prager: "un camino entre las casas y el río y una cinta verde a ambas orillas del río" (Diario La Prensa, 1930b).

El plan también consideraba la creación de nuevas plazas públicas, plazas de juegos para niños y stadiums con canchas de deportes para adultos, así como el rediseño integral de dos importantes espacios públicos: la avenida Mackenna, a la que el paisajista consideraba "una avenida modelo de grandes efectos arquitectónicos, una especie de calle representativa", y para la que ideó "trazar de un extremo a otro un paseo cómodo para peatones" (Diario La Prensa, 1930b), y la Plaza de Armas, a la que definía como "centro de la vida pública", espacio para el cual fijó las directrices de un nuevo proyecto paisajístico.

Mientras que el diseño propuesto para el parque de avenida Mackenna no se construyó, el proyecto para la Plaza de Armas sí se materializó. Ensayando los fundamentos del arte cívico, en relación con "poner de relieve la relación esencial de ensamble entre grupos de edificios y su entorno" (Hegemann y Peet, citados en https://www.urbandesign.org/civicart.html), Prager propuso una renovación integral de la plaza, cuyo diseño paisajístico, además de constituirse en un espacio de uso cívico articulado en sus esquinas con la ciudad, quedó mediado por la ordenación arquitectónica moderna preexistente, al definirse ejes y espacios que privilegiaron las relaciones visuales entre paisajismo y la arquitectura en su entorno (Weibel et al., 2017, p. 16). Como expuso en el periódico local, "el nuevo plano de la plaza indica una combinación bien pronunciada entre el eje de la gobernación y la parroquia, siendo esta la mejor solución, pues ambos edificios son los más importantes" (Diario La Prensa, 1930b).

En la actualidad ambos espacios siguen siendo vitales en la vida pública de la ciudad y han sido objeto de renovaciones recientes que apuntaron a mejorar su uso público, aunque no siempre con especial acierto. En el caso de la avenida Mackenna, se implementó un plan de cuidado de la vegetación existente, y que también incorporó nueva vegetación, escaños e iluminación, a los cuales se sumó la creación de una ciclovía y espacios para niños. La intervención en su extremo poniente, la instalación de un "tren" de pequeños locales comerciales —que, por lo demás, han funcionado solo parcialmente— degradó una manzana completa del parque, además de determinar la reubicación desvinculada, y mermó así la visibilidad de una de las estatuas más conocidas de la ciudad. Por su parte, en la Plaza de Armas se han renovado el mobiliario, los pavimentos y el sistema de iluminación, incluyendo la renovación del juego de luces de la pileta central. También se ha incorporado, desafortunadamente, por su ubicación más que por el servicio que presta, un espacio de servicios turísticos municipales y sanitarios. Por último, la esquina nororiente sirvió para la radicación, por parte de la autoridad municipal, de la estatua de un toro, alusiva al lema "oficial" de "ciudad de la leche y la carne"; sin embargo, al igual que en el caso del Parque Cuarto Centenario, en los procesos de actualización de dichos espacios los valores patrimoniales no fueron tenidos en cuenta.

La idea de "sistema verde" de uso público también incluyó propuestas de paisajismo para perfiles de calles para sectores comerciales y residenciales, para los que se definieron diversas proporciones y modos de relación entre los elementos constituyentes; vale decir, calzadas, aceras y fajas verdes, al igual que para la forma como se podían localizar los árboles. La diversidad de opciones paisajísticas resultante permitiría la caracterización de las calles de los nuevos sectores residenciales "haciendo las plantaciones con cierto arte, se obtienen efectos asombrosos, semejantes a un parque. A menudo conviene dejarlas solamente a un lado, ensanchándolas en proporción" (Diario La Prensa, 1930b).

Hoy, tanto los elementos como las relaciones que llegaron a materializarse de ese sistema paisajístico se encuentran en serio riesgo, debido a su prolongado uso, a su pobre estado de conservación y a la mutilación producto de la indiscriminada poda anual a la que ha sido sometida su vegetación, a lo cual se adiciona, desde el 2015, la reducción de parte de la franja de césped a favor de la construcción de una extensa ciclovía urbana; no obstante, el espíritu de la propuesta, tanto en su estructura como en su extensión y el conjunto de arborización urbana que comprende, sigue presente en la mayoría de las calles de los sectores modernos, como el sector sur centro y la ya nombrada población Matthei, caracterizándolos y cualificándolos. Un ejemplo de ello se aprecia en la figura 8.

Figura 8. Paisajismo de una de las calles del sector sur poniente de Osorno. Arborización y fajas verdes.

Fuente: elaboración propia (2019).


Discusión

Desde las relaciones entre espacio y sociedad, entre lo que se ha podido observar cobra relevancia el tono de "continuidad renovada" de la vía seleccionada por un grupo de habitantes de Osorno para llevar a cabo el proyecto modernizador urbano y arquitectónico, propuesta que, dada su particular forma, la cual acudió a conceptualizaciones no rupturistas (civic art en urbanismo y traditionalismus en arquitectura), ayudó a la idea de mantener una ciudad que, al modernizarse, también permanecía ligada a cierta herencia histórica en relación con su territorio sociocultural. Es posible decir que las transformaciones de modernización del espacio urbano de Osorno han sido no solo una producción de obra física, cuyas huellas se encuentran aún presentes, sino también, una producción de ideas y relaciones (Hiernaux, 1978, p. 119) que han sustentado la asertividad de la ocurrencia de dichos procesos. En tal sentido, prácticas urbanas y transformaciones del escenario físico de Osorno han sido dos espacios interdependientes (Mondragón, 2013, p. 222) que muestran las voluntades y las capacidades de un grupo de personas que buscaron renovación a partir de una propuesta de actualización urbana y arquitectónica afín a sus aspiraciones y a su modo de vida.

Desde la conceptualización de "huellas" o testimonios del proceso de transformación del territorio (Aliste, 2010, citado por Casanova, 2013, p. 44; Maderuelo, 2001, p. 17), en este caso cotejadas a partir de la observación de los resultados físicos de las transformaciones de modernización, urbanas y arquitectónicas, apalancadas por el plan de transformación, es relevante la permanencia, aún en uso, de los diversos modos edificatorios y de las espacialidades públicas modernas (algunas tienen más de 80 años), planificadas para sectores céntricos de la ciudad. Dada dicha permanencia útil, estas huellas modernas pueden ser consideradas vectores de sentido de pertenencia y, por tanto, de sustentabilidad social, en tanto constituyen una capa visible relevante de una escena identitaria compleja, uno de cuyos valores radica en que ese proceso modernizador —en particular, el diseño del Plan de Transformación de Osorno, gatillado inicialmente por requerimientos del gobierno central— fuera gestado desde la propia localidad, a partir de la contratación de un urbanista afín a la cultura de un grupo de habitantes locales. En este espíritu de gestión local radica un nivel de aprendizaje respecto del plan de transformación; sobre todo, en tiempos en que los intentos de elaboración de los actuales Planes Reguladores Comunales, como es el caso de Osorno, han corrido por parte de profesionales sin vínculos con la ciudad8.

En relación con el acervo de edificación moderna continua del área céntrica de la ciudad, aun cuando muchas de esas edificaciones han sido degradadas —como el Hotel Burnier, que fue sometido a una "venta por pisos"—, en su conjunto hoy siguen caracterizando parte de la imagen urbana del centro; en particular, del entorno de la Plaza de Armas y, por añadidura, se presentan como una oportunidad para la renovación y la puesta en valor que reconozcan tanto su vigencia funcional como su imagen identitaria, propia de un periodo histórico local de dinamismo y expansión.

Dicha eventual puesta en valor podría, además, convertirse en factor colaborador para compensar el actual momento de desequilibrio en el balance urbano sustentable entre continuidad y cambio, que ha venido gatillándose tanto por el actual impulso inmobiliario privado como por la ejecución, por parte del Estado, de nuevas obras viales en el área céntrica9, proceso que ha alertado a parte de la comunidad respecto del futuro de este acervo arquitectónico patrimonial local.

Respecto del sector Población Matthei, en relación con su trazado urbano de ciudad jardín y con sus características edificaciones modernas aisladas, concebidas en plena tensión entre tradición y modernidad, es posible constatar que, no obstante los valores de dicho carácter, el sector ya ha comenzado a sufrir procesos, cada vez más frecuentes, en que las viviendas han transformado su función a espacios comerciales, y con ello han mutado también su imagen característica; sin embargo, al día de hoy muchas de ellas siguen en pleno uso habitacional y haciendo parte del particular paisaje urbano moderno de Osorno, y contribuyendo así a la preservación de la memoria histórica y a la construcción de identidad local (Weibel, 2016, p. 10).

Los espacios públicos han corrido suertes dispares: en el caso del Parque Cuarto Centenario, a pesar de su reciente renovación, que significó un acierto en tanto permitió redoblar su uso social, no se consideró cautelar los valores paisajísticos patrimoniales originales, como se muestra en la figura 9. Con todo, este lugar conjuga hoy un renovado espacio de uso público con un notable acervo paisajístico identitario.

Figura 9. Parque Cuarto Centenario, en la ribera del río Damas a su paso por la ciudad. Remodelado en 2016 privilegiando considerar criterios de uso.

Fuente: elaboración propia (2018).


Por su parte, la largamente anhelada habilitación del espacio de costanera sobre los márgenes del río Damas sigue sin realizarse, por lo que dicha propuesta puede hoy considerarse una "huella fantasma" del imaginario de los más viejos, y últimamente, como parte de las visiones municipales actuales de implementación de espacio público. En sentido contrario, la materialización del proyecto moderno para la Plaza de Armas se constituyó en un espacio de uso público diverso, apreciado por la ciudadanía y en una unidad arquitectónica y paisajística coherente, que pronto se convirtió en una imagen reconocible de la ciudad, destacada en portadas de medios nacionales, como la revista En viaje en su No. 293, de 1958, y también internacionales, como la revista Life, en 1941. Hoy configura un sitio histórico de indudable valor patrimonial e identitario, que sigue haciendo factible la construcción de sentido de pertenencia al propiciar los usos sociales, el encuentro, como se aprecia en la figura 10, y el diálogo entre generaciones (Weibel y Angulo, 2014, p. 18).

Figura 10. Usos de la Plaza de Armas de Osorno en época de Navidad.

Fuente: elaboración propia (2012).


Conclusiones

Con su "tono paisajístico", el primer instrumento de ordenación urbana de Osorno proyectó un curso urbano futuro que, mientras modernizaba, también aspiraba a continuar ligándose a cierta herencia histórica presente en la ciudad. Una vía propia de modernización urbana no rupturista, de "continuidad renovada", ideada y puesta en práctica por un conjunto de habitantes, y cuya particularidad fue la propuesta de mantención de la idea de una ciudad relacionada con su territorio ambiental y sociocultural.

La aplicación parcial del Plan de Transformación de Osorno posibilitó la materialización de prácticas arquitectónicas, urbanas y de arquitectura del paisaje cuyas huellas, persistentes en el tiempo, hoy son legibles en el centro histórico de la ciudad.

La simultánea emergencia de un conjunto de diversos edificios modernos relacionados y la implementación paisajística de espacios públicos dotó al centro histórico y a los sectores de expansión de una impronta moderna y de un particular carácter, que, así como admitía la diversidad arquitectónica, enfatizaba el sentido de unidad y cualificación del espacio público como espacio de uso colectivo.

Junto a otras trazas urbanas aun presentes, y así mismo relevantes, como las arquitecturas de la segunda mitad del siglo XIX, hoy definidas como tradicionales, la permanencia de las trazas o las huellas de dicho sistema urbano moderno particular —que resultó, por ejemplo, en la transmisión del imaginario local "Osorno ciudad parque"— ha favorecido la calidad del lugar de vida de sus habitantes contribuyendo a la construcción de un sentido de pertenencia local y, de tal manera, a la evolución sustentable de la vida en este sector de la ciudad (Zetina, 2013).

No obstante el deterioro y la mutación a los que ha sido sometido, y al actual incremento de la velocidad de sus procesos de cambio, ese sistema constituye un legado de la modernidad arquitectónica y urbana de Osorno, cuya proyección futura, además de contribuir sirviendo como paisaje soporte de prácticas de memoria cultural (Heritages Futures, 2018), recae en su potencial como vector de corrección de condiciones climático-ambientales de habitabilidad urbana (Alcaldía de Madrid, 2010). Junto a los diversos aspectos colaborantes en salud pública, quizá estas sean algunas de las más importantes implicancias de este paisaje urbano con la perspectiva del desarrollo sustentable.

La actual dinámica de transformación de la ciudad, ciertamente, ha puesto en riesgo dicho sistema, esencial para la calidad de la vida local (Índice de Calidad de Vida Urbana [ICVU], 2017)10. Algunos edificios modernos del centro histórico lucen descuidados y otros están subutilizados, no obstante representar oportunidades para los requerimientos de cambio de la ciudad, dada su capacidad para rehabilitarse, reconvertirse programáticamente o actualizarse, operaciones que pueden formar parte de una estrategia sostenible de redensificación del centro histórico. Estrategia que, adicionalmente, promovería una alternativa a la "tradicional" expansión urbana, costosa limitante de la cohesión y la integración social y factor de degradación del paisaje identitario periurbano, paisaje que, además de presentar cualidades paisajísticas asociadas a la forma de vida local, hace presente el territorio rural en la ciudad, dado que hoy algunos lugares alrededor de la ciudad (Caipully, al sur, y aquellos localizados al norte de la Villa Olímpica, en el sector de Pilauco) mantienen su uso agrícola histórico. Este es el mismo paisaje que el Plan de Transformación buscó cautelar hace 90 años al proponer su integración a la ciudad y su habilitación para usos públicos (costaneras, parques y bosques urbanos).

Las diversas huellas paisajísticas, incluyendo los elementos configuradores de plazas y parques, están también sufriendo deterioro, debido al envejecimiento, al poco cuidado o, simplemente, a la escasa mantención. Debido a este trato poco escrupuloso, la integridad de dichos bienes está bajo amenaza, de forma que es urgente explorar esas trazas, para su comprensión y su difusión como parte del complejo paisaje identitario local. En tal sentido, el estudio y la valoración del "paisaje moderno de Osorno" puede contribuir al logro de la sustentabilidad urbana local.



Notas

1 Fundada en 1558 por colonizadores españoles, Osorno se localiza en la región de Los Lagos, Chile. Es una ciudad mediterránea e intermedia que cumple rol mediador entre la urbe y su área de influencia territorial rural, tradicionalmente agroganadera.

2 La ocupación territorial anterior a la creación de ciudades es mucho más extensa, ya que previamente a la fundación de la Villa de Osorno, el territorio —particularmente, las pampas de Chauracahuin— fue extensamente habitado por la etnia originaria mapuche huilliche.

3 De acuerdo con Jean Pierre Blancpain hacia 1912, de una población total de 6000 habitantes, había 1200 "Reichs y Chiledeutsches", o alemanes nativos y germano-chilenos en Osorno; es decir, el 25 % de la población (Blacpain, 1987).

4 Antes de llegar a Osorno, Oscar Prager había sostenido una larga comunicación epistolar, desde 1925, con el señor Federico Matthei, referente a asuntos de desarrollo urbano de Osorno.

5 Fara mayores antecedentes sobre la trayectoria de Oscar Prager, ver en Weibel et al. (2017). "La plaza de Armas. Centro del Plan de Transformación de Osorno".

6 El Civic Art surge en Estados Unidos, por Elbert Peets y Werner Hegemann. Sus aportaciones fueron sistematizadas en "The American Vitruvius: An Architect's handbook of Civic Art". Oscar Prager trabajó con Hegemann en su etapa norteamericana, entre 1901 y 1915.

7 De acuerdo con el listado de planos que se adjunta en la memoria del plan.

8 En 2017, el municipio local presentó al público la actualización del Plan Regulador Comunal de Osorno, encargado a la Oficina de Urbanismo de Santiago. Dada la discusión suscitada por los términos del plan, este finalmente no se puso en práctica.

9 Pretendiendo solucionar el colapso vial producto del uso masivo del automóvil, se materializa un antiguo diseño vial, una nueva calle que se inserta, serpenteando en la trama urbana, a lo largo de toda el área del centro histórico de damero.

10 El Indice de calidad de vida urbana (ICVU) de 2017 sitúa a Osorno en cuarto lugar en el territorio nacional (93 ciudades observadas) en cuanto a la dimensión "medioambiente", una de cuyas variables es "m2 construidos de áreas verdes con mantención por habitante".



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